![Pedro Elosegi: «Es imposible que esta legislatura sea tan esperpéntica como la anterior»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201906/30/media/cortadas/ala-elosegi-kdZD-U80644172093rnB-624x385@El%20Correo.jpg)
![Pedro Elosegi: «Es imposible que esta legislatura sea tan esperpéntica como la anterior»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201906/30/media/cortadas/ala-elosegi-kdZD-U80644172093rnB-624x385@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En la mesa de Pedro Elosegi (PNV) luce un tamboril tallado por su propio padre para el txistulari Félix Ascasso. Él volverá a marcar el ritmo de la legislatura como presidente de las Juntas Generales de Álava y esta vez espera cuatro años menos movidos ... con el acuerdo entre el PNV y el PSE que está «al caer».
- ¿La mayoría absoluta no dejará a las Juntas en un papel secundario?
- No lo creo. Esto dará lugar a más debate por parte de una oposición que debe de 'luchar' contra esa mayoría absoluta que, por su parte, ni creo ni deseo que vaya a echar mano del 'rodillo' y espero que tenga en cuenta las aportaciones de los grupos. Una mayoría absoluta no permite hacer dejación de sus funciones. El respeto a la oposición debe ser fundamental porque, aunque ahora sean minoría en la Cámara, siguen representando a una gran parte de los electores alaveses. Menospreciarles sería como despreciar a la ciudadanía.
- ¿Esa mayoría puede servir para sacar proyectos que hasta ahora se habían quedado en el cajón?
- Nunca se han eludido los debates, pero ahora llegarán con la garantía de que van a salir adelante y con el apoyo de los 80.000 alaveses que han votado a ambos.
- ¿La oposición debe cambiar de actitud?
- Esos 24 junteros que no apoyan al ejecutivo tienen que hacer un exhaustivo control de la gestión. Yo no les voy a decir qué papel deben asumir, pero deben abordar los temas desde otro punto de vista y es que la pasada legislatura fueron ellos quienes impusieron su 'rodillo' frente al Gobierno. No tienen facultad para dirigir, pero deben mostrar su disposición al diálogo y a intentar aportar sus planteamientos.
- Un veterano político dijo que los cuatro últimos años tuvieron episodios surrealistas. ¿Qué espera de la nueva legislatura?
- Es imposible que sea tan esperpéntica como la anterior, pero algún episodio habrá. Las rupturas de grupos (en referencia implícita a Podemos) y el enfrentamiento que después se reflejó desde la tribuna en cada debate, cuando cada cual quería ponerse por encima de sus antiguos compañeros. En fin, hemos vivido capítulos muy desagradables. La categoría de las intervenciones y el nivel cultural de los cuatro últimos años fue el peor de las cuatro legislaturas que llevo en las Juntas.
- ¿Qué piensa de los nuevos partidos que llegaron en 2015 para relevar a la vieja casta?
- Cayeron en los mismos defectos que criticaban. Ciudadanos dejó de existir cuando su procurador se convirtió en independiente y con Podemos ya sabemos lo que sucedió. ¿Cuál ha sido el resultado? Se toman decisiones en base a lo que consideran oportuno en su momento, pero un domingo a finales de mayo cada cuatro años hay que pasar un examen de reválida que deja a cada uno donde los ciudadanos quieren.
- ¿Por qué los políticos trasladan a la sociedad una inexistente rivalidad que desaparece cuando se apagan las cámaras?
- Es una forma lícita de fijar posiciones, aunque a veces se llegue hasta el histrionismo. Lo que nosotros hacemos se quedaría en nada sin los medios de comunicación y un discurso monótono tiene poca atracción. La verdad es que yo tengo muy buenos amigos en la bancada de enfrente. Creo que los ciudadanos son más inteligentes que los políticos en la mayoría de los casos y saben diferenciar estas situaciones.
- ¿Las Juntas no entran en bucle y se debaten una serie de asuntos como Garoña, el fracking o Treviño de manera cíclica?
- A veces se consiguen los objetivos por insistencia en el debate. Para eso sirven los parlamentos. Sobre Garoña recuerdo al menos 14 mociones que, en cierta manera, ayudaron a que se cerrase la central nuclear. Con Foronda logramos el H-24. Y sobre Treviño, de momento hemos firmado unos convenios para mejorar las condiciones de vida y sus habitantes tienen un mayor deseo de ser administrativamente Álava.
- De lo contrario, hay asuntos como la despoblación de la Álava rural que apenas se incorporan al orden del día.
- El año pasado tuvimos un pleno monográfico al respecto y es un tema que deberemos tratar mucho. No sé si las Juntas han hablado poco de este tema, pero es cierto que hemos hablado desde hace muy poco.
- ¿En su experiencia en política se hubiera imaginado a PP y EH Bildu apoyando una norma foral redactada por un tercer partido (que incluía cheques bebé, ayudas para mayores y elevar el tope mínimo para hacer la declaración de la Renta) y contra el criterio de los técnicos?
- Los grupos cambiaron el sentido de sus votos y no porque les llegara la iluminación por la caída del caballo de San Pablo (sonríe). Modificaron su postura porque en enero ya estaban sumidos en periodo preelectoral y querían meterle un gol por la escuadra al Gobierno foral en el minuto 93. Eso era muy tentador. No existían razones reales y tampoco tuvieron en cuenta los efectos adversos que podían generar a los ciudadanos, que después se fueron evidenciando.
- ¿Usted nunca sacaría adelante una medida sin el aval de los servicios jurídicos?
- Si no les hiciese caso seguramente cometería una irregularidad. En contra de su criterio es muy difícil sacar adelante nada porque, independientemente de las responsabilidades políticas que me correspondan como presidente de las Juntas, sabes que cuando acabe en los tribunales, te lo echarán atrás.
- ¿Ni siquiera discutiría a los servicios jurídicos si esa decisión fuese el principal punto de su programa electoral como sucedió con la declaración de independencia en Cataluña?
- Hay que analizarlo según el momento. Yo hablo del principio general, pero habría que observar ese momento concreto, 'in situ' y con tranquilidad.
- ¿Qué hubiese hecho si usted hubiera estado en el pellejo de Carme Forcadell?
- Viendo cuál es la situación actual no hubiese seguido el planteamiento. Pero los servicios jurídicos no siempre tienen la razón y hay veces que se pueden equivocar.
- Uno de los temas que protagonizará la presente legislatura es la reforma de la ley electoral.
- En Álava sucede lo que no pasa en Bizkaia y Gipuzkoa. Hay cuadrillas que no tienen representación directa y están incluidas dentro de algo que han llamado Tierras Esparsas que no sé muy bien de dónde se lo sacaron. Las competencias son del Parlamento vasco, pero las Juntas podrán presentar una propuesta de iniciativa. La vez anterior (en verano de 2018) no se aprobó por una excusa peregrina de EH Bildu, que aludía a no se qué convención de Venecia que no recomendaba hacer cambios el año anterior a las elecciones, cuando la reforma de 1983 que nos ha traído a esta situación se hizo a un mes de la celebración de los comicios. Ahora, sin embargo, parece que PNV y EH Bildu sumarán una mayoría suficiente para sacar adelante esa modificación de la ley, que también reclama la ciudadanía.
- ¿Cree que la zona rural no tiene voz en las Juntas?
- Es evidente. Si Vitoria tiene 39 y el resto del territorio tan sólo 12, existe una descompensación. Igual no de forma demográfica, pero sí geográfica.
- Quienes se oponen a esta medida dicen que ellos ya representan a los pueblos, pese a ser electos por la capital.
- ¿Sabes cómo se llamaba a eso en el siglo XVII? Despotismo ilustrado. 'El pueblo soy yo', 'yo puedo representar a quien queráis'... Si alguien pide ser representado de forma directa, yo no puedo imponer la mía.
- Utiliza el euskera como lengua vehicular para dirigir los plenos, ¿qué siente cuando ve partidos que piden que no sea obligatorio para trabajar en la Administración pública vasca?
- Le hablo ahora como ciudadano, me parece una aberración. ¿Cómo les sentiría la situación contraria a quienes reclaman que el euskera no sea obligatorio? Si yo voy a dirigirme a la Administración, puedo hacerlo en el idioma que quiera y tengo el derecho a que me respondan en esa misma lengua. Me parece que quien ejerce la Función Pública con una relación directa con el ciudadano, es decir, el 98%, sea capaz de responder en los dos idiomas.
- Ellos alegan que no se puede utilizar el mismo molde de Bizkaia y Gipuzkoa para Álava.
- ¿Y quiénes son ellos para decir cómo somos? En Álava se habla euskera y yo soy concejal en un ayuntamiento (Aramaio) donde es la lengua en la que se trabaja. No sólo sucede en Gorbeialdea, también hay mucha gente que lo usa con total normalidad en Rioja Alavesa. ¿Quién dice que no es patrimonio de Álava?
- Entonces, ¿el euskera debería ser obligatorio para nuestros representantes públicos?
- Si no es obligatorio en la sociedad, ¿por qué tiene que ser obligatorio para sus representantes públicos? No me parece que la labor política tenga que realizarse obligatoriamente en ningún idioma. Lo razonable es que se conozcan las dos lenguas, ya que es a lo que todo ciudadano debería aspirar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.