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«No hay manera de quitarse la bata». Pedro Casablanc (Casablanca, 1963) se la ha puesto para hacer de óptico en la película 'El silencio de la ciudad blanca' que continúa estos días su rodaje en Madrid tras haberse establecido durante un mes ... y medio en Vitoria. Su personaje, del que no sabe qué decir «sin hacer 'spoiler'» en un primer momento, «es un tipo de la alta sociedad que trabaja en una óptica. Y quien haya leído la novela sabrá quién es». También lleva la bata en la nueva película de Almodóvar que se rueda estos días, 'Dolor y Gracia'.
- ¿Leyó antes la novela o el guión?
- Leí el guión. Es una novela estupenda dentro de una moda 'best seller' sobre crímenes en lugares peculiares o bonitos. Creo que es una novela para crear turismo como 'Los pilares de la tierra' de Ken Follet o 'La ciudad del Baztán' de Dolores Redondo, de la que se hizo película y en la que también estuve.
- ¿Con Daniel Calparsoro había rodado antes?
- Sí, habíamos hecho una serie que se llama 'Todo por el juego'. Es un director con mucha experiencia, lo tiene todo muy claro y sabe lo que quiere en cada momento.
- También había rodado en el País Vasco anteriormente. Una de las primeras películas en la que participa es 'Días contados' de Imanol Uribe.
- Sí. Fue una película sobre ETA pero toda la parte que yo rodé fue en Madrid. Había algo en el País Vasco y, claro, Imanol Uribe es de aquí. Pero sí que he rodado bastantes cosas aunque ahora mismo no puedo recordar. Lo más cercano ha sido en Pamplona porque sabes que hay incentivos económicos y fiscales para rodar.
- Nace en Casablanca. De ahí su apodo, pero en realidad sus apellidos son Ortiz Domínguez.
- Sí, mi padre es de Granada y mi madre de Ceuta. Nací allí porque se conocieron en Ceuta, se casaron allí y se fueron allí a vivir porque mi abuelo había montado un negocio.
- ¿Cómo recuerda su infancia?
- (Bromea, recita 'Retrato' de Machado: «Mi infancia son recuerdos...») Se vivía muy bien en aquella época. Estuve en Casablanca en el Liceo francés y cuando acabé los estudios básicos me fui a Sevilla a estudiar Bellas Artes. Por eso estoy muy conectado con Andalucía.
- ¿Meterse en el papel de Bárcenas en 'B' le cambió su idea sobre él?
- No porque no tenía ninguna idea preconcebida sobre él. La tenía acerca de la política del Partido Popular y la corrupción, pero concretamente sobre Bárcenas no tenía. Sabía el caso y a partir de que se me ofreció hacer primero la obra de teatro ('Ruz-Bárcenas') tuve que estudiar bastante más el tema. Cuando acabó la película y tuvo el éxito que tuvo quiso conocernos. Ahí sí cambió un poco mi impresión. Me pareció un tipo muy simpático, muy cercano. Lo cual no quita que hiciera lo que hizo.
- ¿Alguna conclusión sobre qué lleva a alguien a ser corrupto?
- Bueno... Creo que es un sistema que funciona así desde siempre. Desde la picaresca y desde esta especie de complejo de superioridad que hay a veces en los españoles en el sentido de pensar que se puede hacer lo que nos dé la gana y nadie nos va a pillar, cuando por otro lado es un país muy acomplejado y su historia cree que las cosas se consiguen mejor a través del engaño y el fraude que por la vía legal. Tengo muchas esperanzas con el nuevo gobierno, aunque creo que el tema de la corrupción tiene muy poca solución. Creo que nos estamos poniendo con el tema para evitar que no vaya a más. Pero a nivel privado o a pequeña escala sigue habiendo mucha corrupción.
- ¿De óptico no había hecho antes?
- No, he hecho de todo tipo de médicos, he estado en todo tipo de funerales pero creo que de óptico no me había tocado. También voy a rodar con Almodóvar en su nueva película en la que hago de médico. El tema de la bata... no hay manera de quitársela.
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