Pedaladas de barro y bronce

«No me esperaba recibir este premio, estoy muy contenta. Siempre se agradece que se reconozca tu trabajo y más si te dan un premio así. Todavía no había recibido uno fuera de una carrera», confiesa la joven. El amor por el ciclismo se lo debe a su hermano, quien comenzó a competir un par de años antes que ella. «Iba a verle a todas las carreras y me llamó la atención que también hubiera chicas compitiendo», explica la deportista, quien considera importante que los niños y niñas tengan referentes en los que mirarse.

La de Módenes es una historia de esfuerzo, constancia y perseverancia. Para subir al podio hacen falta horas de entrenamiento y práctica, incluso en condiciones poco agradables. «A veces sales a entrenar lloviendo y llegas a casa tras haber pasado mucho frío y dices, ¿por qué estoy aquí? Pero luego todo se ve recompensado aunque hayas pensado en tirar la toalla», confiesa la estudiante de segundo de Bachillerato, que este año suma a sus responsabilidades deportivas el reto de preparar los exámenes de acceso a la Universidad. En el futuro le gustaría convertirse en enfermera pero, con más de 10 horas de entrenamiento semanal, el tiempo escasea. Cuando compite en ciclocross se acerca el día antes a la ubicación de la carrera para conocer el circuito. En carretera, disciplina que también disfruta, descubre el trazado el mismo día.

A principios de 2022 llegó al campeonato nacional de ciclocross fuerte y confiada tras haber ganado la Copa de España. Tras una salida accidentada en la que las corredoras sufrieron varias caídas, Módenes se quedó algo rezagada y en una situación en la que, aunque logró remontar, recortar distancia se volvió complicado en las siete vueltas. Finalmente terminó en tercer lugar trayendo un bronce a Vitoria. «A todos nos habría gustado ganar, pero cuando hago balance de esta temporada de ciclocross creo que es como para estar contenta», celebra Módenes.

El confinamiento fue un momento difícil en la carrera de la joven, pero ha sabido superar los contratiempos de la pandemia para volver con más fuerza que nunca. «Entrenaba con el rodillo en casa, pero me afectó mucho ver que no podía seguir el mismo ritmo tras el confinamiento. En Euskadi cerraron las fronteras y no podíamos salir a correr fuera. No me encontraba a gusto y me planteé si estaba disfrutando de esto, pero la mejoría de este año lo ha compensado», asegura.

Estos días Módenes aprovecha para descansar, ponerse a punto y preparar algunos exámenes antes de dar comienzo a la temporada de carretera en marzo. «Será mi última etapa como junior, en la próxima temporada de ciclocross seré sub-23. Habrá más rivales con un rango de edad más amplio, pero espero adaptarme bien», desea esta joven optimista y trabajadora que puede cosechar numerosos éxitos para el ciclismo alavés.