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Medio siglo después de que dejara de sonar el ruido del Tren Vasco Navarro se pretende recuperando su «memoria». No será con el desarrollo de un ferrocarril que vuelva a conectar el camino ni mucho menos con una ruta alternativa del TAV. Nada de ... locomotoras. Será con una serie de siete acciones artísticas que incluyen pintura, escultura e intervenciones lumínicas y sonoras en diferentes puntos de la vía que conecta Vitoria y Estella con el fin de crear una ruta que consiga «atraer al turismo verde».
Siete de los túneles por los que pasaba el conocido como 'trenico' cambiarán así su aspecto con el proyecto 'Huellas del camino' (Bidean Aztarnak) de la artista Irantzu Lekue y la arquitecta Izaskun Urkijo. Estas intervenciones -que se alargarán durante los próximos cinco años- abarcan desde la creación de una escultura en el lateral de la pasarela de Olaranbe a la salida de Vitoria hasta el túnel de Fuenfría (109,5 metros) de Antoñana, donde se realizará un «recorrido táctil» con materiales de la zona. El resto de túneles decorados serán el de Troconiz (200), Huecomadura, Laminoria (2200), Elortza (300), Cicujano (336) y Atauri (362).
Esta iniciativa se suma a las reformas de las vías que se han llevado a cabo en los últimos años. Fue el verano pasado cuando se abrió definitivamente el Camino Natural del ferrocarril Vasco Navarro tras recuperar el tramo que quedaba entre Vitoria y Estella. Para hacer más atractiva esta ruta, el diputado general Ramiro González reivindicó esta apuesta «creativa» como una «nueva oportunidad y ejemplo de desarrollo sostenible». El objetivo es «plasmar mediante diferentes técnicas, el pasado y el futuro de los pueblos condicionados por el paso del tren».
El presupuesto de la Diputaciónde Álava destinado hasta el momento a este proyecto es de 5.000 euros por la idea creativa a sus autores y 15.000 destinado a las dos primeras intervenciones.
La primera actuación comenzará en dos semanas y tendrá lugar en el túnel de Cicujano. Este paso se decorará con pinturas que recrean la vegetación autóctona de la zona como los hayedos de Azáceta o la Encina Juradera de Angosto.
Seguidamente se trabajará en la realización de una escultura en un lateral de la pasarela de Olaranbe. Esta pieza, que ya tiene su maqueta, mostrará una serie de maletas y un barco de vapor que simboliza ese «motor de crecimiento», señala Lekue, en referencia a los cambios que supuso en la zona la llegada del ferrocarril que circuló hasta 1967.
Como señaló la arquitecta y directora de arte Urkijo se emplearán materiales de la zona. Con esto se pretende invitar a la participación y destacar «cultura y tradición de los pueblos de alrededor», declaró en un acto al que acudieron también la diputada de Cultura, Igone Martínez de Luna; Iñaki Prusilla, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vitoria y representantes de Elburgo, Arraia-Maeztu y Campezo.
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