Se hacen pasar por el vicario general de la Diócesis de Vitoria para estafar a unas monjas en Álava

Varías comunidades religiosas de Álava han recibido una extraña llamada en las últimas semanas. Según ha podido saber EL CORREO, una persona que se hacía pasar por el vicario general de la Diócesis de Vitoria, Carlos García Llata, les reclamaba «dinero con urgencia». Su voz sonaba exactamente igual que la del dirigente eclesial, pero algo levantó las sospechas de las monjas que dieron aviso a la sede episcopal. Sus responsables se lo confirmaron: se trataba de un timo. «Ni el obispo, ni el vicario general, ni ninguna persona en nombre del Obispado de Vitoria va a llamar a una comunidad, una parroquia o una asociación pidiendo dinero con urgencia ni nunca van a apremiar a nadie para que efectúe un pago», les aclararon tras recibir el aviso.

Es un tipo de estafa demasiado habitual en los últimos tiempos. Recientemente ha trascendido que ha tenido lugar en Jaén y Valladolid, y los más veteranos recuerdan que tampoco es la primera vez que pasa en Álava. La diferencia respecto a ocasiones anteriores es que García Llata sonaba tal cual y la Diócesis sospecha que han empleado algún programa informático de inteligencia artificial para tratar de clonar su voz con el objetivo de convencer a sus interlocutoras. Algo en lo que, de momento, parece que han pinchado en hueso en la provincia.

Las diferentes comunidades religiosas, sacerdotes y parroquias del territorio alavés, Treviño y Orduña recibieron ayer una comunicación para que extremen la prudencia y no caigan en la trampa. En el escrito les piden que estén «atentos ante este fraude y hacer caso omiso a estas llamadas, más si son en fin de semana, cuando es más difícil ponerse en contacto con el obispado».

Si tienen constancia de estas comunicaciones telefónicas, la diócesis que dirige Juan Carlos Elizalde les sugiere que se comuniquen inmediatamente con la sede episcopal para confirmar la falsedad del mensaje y en el caso de que se confirme el intento de estafa, que interpongan una denuncia ante la Ertzaintza o, en el caso del enclave de Treviño, la Guardia Civil.