El Parque Tecnológico de Álava cumple 30 años enfocado a «la industria del futuro»

La evolución es evidente en estas tres décadas. No sólo en las áreas de trabajo, donde la inversión empresarial en I+D ronda los 90 millones de euros cada año, sino en la propia fisonomía de la infraestructura, que ha multiplicado sus edificios. «El parque está avanzando de forma brutal, le auguro varias ampliaciones», comentó Nuria Gisbert, directora general del centro de investigación CIC Energigune, en un vídeo que se proyectó durante el encuentro con testimonios de diversos representantes del complejo levantado en Miñano. De hecho, el propio Urkullu recordó que las instalaciones esperan la llegada de Basquevolt para la producción de baterías (700 millones de inversión y 800 empleos previstos) y de la multinacional Pepsico (100 nuevos puestos) como próximos revulsivos. «El sector aeronáutico fue el primero que aterrizó, pero con el tiempo ha abierto las puertas a otros sectores», apuntó.

En estas instalaciones donde se han registrado hasta 264 patentes sólo en 2021, coincidió Estíbaliz Hernáez, presidenta de la Red de Parques Tecnológicos de Euskadi, «se agrupa la vanguardia de la industria». «Actualmente es uno de los mayores exponentes de la transformación que ha experimentado la economía vasca y la alavesa en las últimas décadas», aseguró ante el centenar de invitados que se sumaron a la 'fiesta' de cumpleaños de este centro situado en «un marco singular». Su ubicación, rodeada de verde, con carpas y ocas en su estanque, destaca precisamente entre sus señas de identidad. El doctor Eduardo Anitua, con la sede de su BTI Biotechnology Institute en este complejo, reconoció que «es fantástico trabajar en un entorno con condiciones únicas». «Es espectacular, la gente que viene por primera vez experimenta el efecto 'guau'», confirmó la directora general del CIC Energigune.

Ese espacio donde conviven varias nacionalidades y un 11% de los empleados aún no ha alcanzado la treintena es «una pieza clave del ecosistema vasco de ciencia y tecnología», defendió el lehendakari, que recordó la capacidad del parque para adaptarse a las necesidades de cada época. «Fue pionero en la transición de una economía basada en la industria tradicional a una economía avanzada con base tecnológica y que apuesta por la innovación», retrató. Y hoy, remató, es una infraestructura «para la industria del futuro, el emprendimiento y el empleo». La prueba es que su facturación superó los 930 millones de euros en el último ejercicio.

Javier Fernández de Retana, uno de los primeros directores del complejo alavés, admitió que su inicio resultó «muy bonito» –en su momento se dijo que suponía la entrada de Álava en la tercera revolución industrial– pero su futuro se asoma «brillante». «Sólo tiene que trabajar como lo está haciendo», propuso.