![Panda de desdichados](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202002/07/media/cortadas/Imagen%20CARNAVAL-004-k0yC-U10071855890OzF-624x385@El%20Correo.jpg)
![Panda de desdichados](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202002/07/media/cortadas/Imagen%20CARNAVAL-004-k0yC-U10071855890OzF-624x385@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
JoSÉ ÁNGEL MARTÍNEZ VIGURI
Viernes, 7 de febrero 2020, 01:36
A uno de ciudad, llegado el momento de la transfiguración carnal, le puede dar por un uniforme con tricornio para potear por 'la Kutxi'. O como algunas, creerse divinas, damiselas con vestido vaporoso. En los pueblos es distinto. En Santa Cruz de Campezo, por ejemplo, ... a un tiparraco trajeado llamado 'Toribio', al que se le atribuyen todos los males, se le pasea entre burlas antes de ser condenado a muerte por ahogamiento en el río. Otro desgraciado, 'El porretero', suspirará comido por los buitres en Salcedo. Los Carnavales Rurales de Álava recuperan un año más su esencia y se preparan para escenificar entre multitud de personajes y detalles una ceremonia que tiene bastante de purificadora. En ella se implora a la naturaleza a que en primavera rebrote todo cuanto se llevó el invierno.
«El carnaval urbano es un día de fiesta y disfraz. En cambio, el rural es mucho más, un rito», diferencia el sacerdote Carlos Ortiz de Zárate, autor de 'El invierno se viste de fiesta. Carnavales rurales de Álava'. A los peleles se les prende fuego o se les arroja al agua después de responsabilizarles de lo que no son responsables. «En realidad se les quiere. No son malos. Pero representan al invierno, al que se hace desaparecer con la esperanza de que la primavera depare una nueva etapa. Si el rito no se hace bien, podría ocurrir que el invierno siguiera adelante y sería terrible», añade el estudioso.
Hay documentadas en Álava 126 representaciones, aunque solo se mantienen unas pocas recuperadas tras la dictadura, que las prohibió, gracias al empeño de gentes de los pueblos o de 'instigadores' como Blas Arratibel, Jesús Jiménez y el propio Ortiz de Zárate. «Antes, el carnaval tenía un concepto demoníaco. Las abuelas rezaban en misa por los nietos que se disfrazaban», confiesa el párroco de La Esperanza de Vitoria.
La asociación Ahik se preocupa desde hace años de organizarlo todo. Son cinco actos que con el tiempo se han aproximado a lo que fueron hace un siglo. Como cada curso, el programa se abre mañana en Zuazo de Kuartango, donde la fiesta aglutina Santa Águeda, con la petición por las casas, y el propio carnaval. La 'Vieja de Arriano', su personaje, es amable y ofrece chocolate y vino caliente entre danzas y círculos de antorchas sujetas por los porreros, sacos con máscaras, ceniceros... Hay más. Un oso se deja cazar y también se roba una gallina.
El sábado 15, la tradición viaja a Aspárrena. Ilarduia, Egino y Andoin se las ingenian para pasear sobre un burro y después subido a un carro al 'Hombre de paja', el chivo expiatorio. Condenado por el cura, será pasto del fuego avivado por ulagas. «No hay nada que dé tanto calor y llamas. Es un momento mágico», describe Abetto Oribe. Al monigote le acompaña toda una cohorte al son de las makilas: gordos, ceniceros, zamarras, puntillas, el matrimonio, hojalateros y pillos, niños que enfadan a los porreros. La comitiva de más de 200 personas come una alubiada con sacramentos en Ilarduia, ofrece chocolate con torrijas en Egino, donde también se hurta un queso, y se despide con un pintxopote en Andoin.
Cerca, en Zalduondo, el domingo 23 se celebra el carnaval alavés más reconocido, rescatado en 1975, el de la quema de 'Marquitos', trajeado, con un collar de trece cáscaras de huevo pintadas en tres colores. El pobre, humillado por los vecinos y empalado a 'la lata', una estaca de seis metros, morirá abrasado ante sus afligidos padres, el viejo, la vieja, el predicador, el cenicero, el barrendero, el domador y su oso, el pastor con el rebaño...
Final trágico también le aguarda a 'Toribio' el martes 25 en Santa Cruz de Campezo. Vestido de traje relleno de paja, con un zapato en un pie y una alpargata en el otro, será arrojado al Ega entre la mofa de personajes de la Montaña –la dama del tabaco, el cabrón de Costalera, boj, la pottoka de Inta, el lentejuela, el durillo...–, el juez y los katxirulos, disfraz que se pretende potenciar en la zona. Por cierto. De un tiempo a esta parte, a 'Toribio' en su caída le sujeta una cuerda atada al puente, no vaya a ser que lo arrastre la corriente y se confunda, como pasó en Zúñiga, con un cadáver flotando.
El sábado de piñata, el día 29, concluirá el carnaval rural en Salcedo. Allí, 'el porretero' será perseguido después de robar una gallina y, aunque se oculta en la torre del reloj, termina apresado. El alcalde y el obispo lo condenan y acaba sus días sobre el tejado del lavadero devorado por una colonia de buitres jóvenes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.