Otra forma de hacer política

Análisis. ·
Los partidos mayoritarios presentan a mujeres como cabezas de lista y hay que recordar que la participación activa de las mujeres se debe en gran parte a la lucha feminista

Begoña Muruaga

Lunes, 22 de mayo 2023, 00:20

Tanto en la ciudad de Vitoria como en la provincia de Álava estos días estamos asistiendo a un hecho sin precedentes: los cinco partidos mayoritarios han presentado a mujeres como cabezas de lista para la alcaldía y dos mujeres optan a diputada general. Tendremos, ... por tanto, alcaldesa en Vitoria durante los próximos cuatro años, y, quién sabe, quizás hasta diputada general. Una muestra clara de que las cosas están cambiando. A pesar de ello, oigo en mi entorno decir que esto es oportunismo de los partidos políticos, que es un espejismo, que hay mucho de postureo en estas elecciones. Prefiero pensar que los partidos reconocen que es de justicia que las mujeres ocupen puestos de mayor relevancia en el ámbito público. Eso sí, creo que no está de más recordar que la participación activa de las mujeres en política se debe, en gran medida, a la lucha feminista.

Recuerdo que en la década de los 80 las feministas reivindicábamos más mujeres en las listas. En aquella época su presencia era muy escasa, y rara vez aparecían como cabezas de lista. Más adelante, como la discriminación continuaba, empezamos a plantearnos las cuotas como el sistema adecuado para paliar algunos desajustes. Hoy hablamos de paridad como la mejor forma para conseguir la verdadera igualdad.

Hay quienes piensan que lo que está pasando es la evolución lógica de los sistemas democráticos. No estoy de acuerdo. Es evidente que sin democracia no hay igualdad, pero los sistemas democráticos, per se, no garantizan la igualdad. Se necesitan políticas específicas para su impulso y se necesita un movimiento feminista para que esas políticas avancen en una determinada dirección.

Las mujeres cada vez estamos en mayor número en aquellos espacios reservados históricamente a los varones, ya sea el deporte, la política o el mundo empresarial. Pero la corresponsabilidad de los varones en el ámbito privado va a un ritmo muy lento. Todavía son pocos los hombres que cogen bajas parentales, reducciones de jornada o permisos especiales para cuidar a su prole o a las personas mayores de su entorno; todavía son pocos los que priorizan aspectos de la vida privada frente a su promoción profesional.

Tenemos muchos problemas en el territorio (vivienda, residencias, fiscalidad, transporte, energías renovables…), pero quisiera centrarme en dos ejes de cara a la próxima legislatura: el empleo y la corresponsabilidad. Sería deseable que las corporaciones que salgan de las elecciones del 28 de mayo mostraran una sensibilidad especial para con esos temas.

Estamos ante un hecho sin precedentes desde el punto de vista formal. Algo impensable hace algunos años. Pero este cambio de imagen debería tener su reflejo en la vida cotidiana. Por ello, dentro de cuatro años me gustaría escribir un artículo en el que se pudieran enumerar los avances en materia de igualdad que ha habido estos años en nuestro territorio. Esos datos evidenciarían que las mujeres hacen política de otra manera.