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José María y su esposa llevaban días ilusionados con esa excursión a la playa. Junto con otros 60 mayores de Vitoria, la pareja llegó el pasado jueves a Laredo en un viaje organizado por el centro de jubilados del barrio de El Pilar para pasar ... una jornada de arena, sol y mar. Pero ese día a punto estuvo de acabar en desgracia. José María Vivas, de 73 años, casi se ahoga mientras se daba un baño a pocos metros de la orilla por culpa de una ola traicionera. Por fortuna, la rápida intervención de los servicios de socorro le salvó. Durante unas horas, la vida del hombre pendía de un hilo en la UCI del hospital de Santander donde fue ingresado de urgencia. Ahora, superado su estado crítico y ya estabilizado, su familia ha solicitado su traslado en ambulancia medicalizada a Txagorritxu para que José María pueda seguir aquí con su recuperación. Según la familia, los médicos dan su visto bueno, pero sus allegados denuncian que responsables de Osakidetza en Álava les han negado esta posibilidad.
Los Vivas llevan una semana viviendo una montaña rusa de emociones. En cuanto se enteró de lo que le había sucedido a su padre, Emilio salió con el corazón en un puño hacia Santander. La incertidumbre de los primeros momentos dio paso al alivio por la mejoría del hombre, ingresado en el hospital universitario Marqués de Valdecilla de la capital cántabra. De esa alegría pasaron «a la rabia y al enorme cabreo que tenemos». La razón de la frustración de la familia no es otra que la negativa de Osakidetza a trasladar al hombre al hospital de Txagorritxu.
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«Los médicos de Valdecilla, a los que estamos muy agradecidos por el trato que han dispensado a mi padre, han dado el visto bueno al traslado, de hecho nos llegaron a decir que tenía ya una cama disponible, esperándole en Txagorritxu», relata Emilio Vivas, el hijo del paciente. «Pero, de repente, nos comunican que la Delegación Territorial de Salud no autoriza a que se envíe una ambulancia para llevar a mi padre a Vitoria», asegura Emilio, visiblemente enfadado. «Nos hemos sentido completamente abandonados, Osakidetza nos ha dejado a los pies de los caballos, tenemos que hacernos más de dos horas de viaje todos los días para ver a mi padre», se duele.
«El equipo médico nos ha asegurado que mi padre está estable, que no hay inconveniente alguno en poder llevarle a Txagorritxu», reitera el hijo del paciente, que afirma haberse puesto en contacto con responsables de la Delegación Territorial de Salud en Álava del Gobierno vasco para tratar de buscar una solución a su situación. «Justifican la decisión de no autorizar el traslado en que mi padre está lo suficientemente bien atendido por el Servicio Cántabro de Salud», explica. «Creemos que la negativa a trasladar a mi padre solo responde a criterios económicos», denuncia. Fuentes del departamento vasco de Salud consultadas por este diario niegan este extremo.
«Los propios médicos del hospital de Valdecilla nos dicen que es habitual hacer traslados a hospitales de Bizkaia y Gipuzkoa, pero que cuando toca llevar a un paciente en ambulancia medicalizada a Álava, todo son problemas», destaca Emilio Vivas. En la actualidad, Vitoria cuenta con una única UVI móvil. Hay otra en Llodio, que realiza la mayoría de sus traslados en Bizkaia y el pasado noviembre la consejera Sagardui se comprometió a sumar una tercera que, al parecer, tendrá Nanclares como base.
La excursión a Laredo a la que se apuntaron José María y su mujer estaba planificada por el centro Bizan de El Pilar. «Nos hemos sentido muy abandonados por el Ayuntamiento, que ahora se lava las manos. No entendemos cómo pueden organizar una excursión para personas mayores sin un seguro de viaje», se duele la familia. Fuentes municipales consultadas al respecto por este diario matizan que el Consistorio «solo organizaba el transporte, el viaje de ida y vuelta». «Y, por tanto eso es lo que cubre el seguro: el tiempo de estancia en Laredo era tiempo libre, esas horas no eran una actividad organizada por el Ayuntamiento y cada cual empleaba su tiempo cuando, donde y como quería», abundan los mismos medios.
Con todo, portavoces del departamento de Políticas Sociales, que en la actualidad pilota el jeltzale Raimundo Ruiz Escudero, aseguran que el departamento «ha estado pendiente de la evolución de esta persona y en contacto con su familia para ayudarles en lo que fuera posible» y le «desean una pronta recuperación».
Tras conocer la historia de la familia Vivas y su profundo malestar con la decisión de Osakidetza de negarse a autorizar el traslado a Vitoria de su padre, ingresado en el hospital Marqués de Valdecilla de Santander, este periódico se puso en contacto con el departamento vasco de Salud, que reconoce que «el traslado es un derecho que tienen los pacientes».
Según los mismos medios, que no ofrecen detalle concreto alguno sobre el caso «por la Ley de Protección de Datos», «los traslados se realizan únicamente cuando los pacientes están clínicamente estables. Esta decisión la toman los equipos médicos de ambos hospitales, que comparten la situación clínica del paciente». En este caso, según la versión de la familia, el traslado sí contaría con el visto bueno de los facultativos.
Fuentes de Salud niegan que haya «ningún tipo de condicionamiento económico para los traslados de los pacientes. Los únicos criterios que se siguen son médicos. La prioridad es la salud del paciente y no asumir riesgos innecesarios», añaden.
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