Abusos sexuales en Euskadi

Orden de captura internacional para el joven que abusó en Vitoria de una menor tutelada

Ayer, tres años después de la denuncia, el sospechoso debía presentarse en la Audiencia Provincial de Álava para responder por un cargo de «abuso sexual con penetración». La vista oral debía arrancar a las 9.30 horas. Sólo faltó este varón, que ahora cuenta 26 años, para el que la Fiscalía de Álava solicita 9 años de prisión. En caso de condena, esa pena podría ser sustituida por la expulsión del país «durante el plazo de diez años».

Cuando el magistrado Jesús Poncela, secundado por sus compañeras Elena Cabero y Ana Zulueta, solicitó explicaciones al abogado de la defensa, éste describió que «hemos intentado contactar con él y no ha habido manera. Terceras personas nos han manifestado que habría abandonado el país». Se cree que podría haber retornado a Latinoamérica, de donde es originario.

Ante este anuncio, la Fiscalía reclamó activar una orden de busca y captura internacional, que en breve entrará en vigor según informó el tribunal a los presentes. Se trata del sexto caso de delito sexual a una menor tutelada desde 2016.

La víctima contaba 17 años durante la noche de los hechos. Siempre según el relato de los hechos elaborado por el Ministerio Público, agresor y la menor se conocieron esa noche ya que la invitación vino de otro inquilino, ajeno a lo ocurrido después. «Sobre las 20.00 horas», los cuatro comenzaron «a consumir alcohol y marihuana». Entre las diez y las once de la noche, esta chica «comenzó a vomitar por lo que su amiga le acostó en otra de las habitaciones del domicilio». Debido a «su estado de intoxicación, se quedó profundamente dormida».

A continuación, y siempre según la reconstrucción elaborada por la Fiscalía alavesa, el veinteañero se metió en la cama y procedió a forzarla sexualmente. «Se despertó por el dolor y si bien inicialmente no fue capaz de reaccionar, seguidamente solicitó al acusado que parase, a lo que éste accedió». A partir de ahí, las dos chicas se marcharon.

A consecuencia de este altercado, la joven, que ya es mayor de edad, presentó «malestar emocional» asociado con estrés postraumático. El informe médico al que fue sometida tras la denuncia de los responsables forales de su cuidado advierte de que «la vivencia de estos hechos, con alta probabilidad, incidirá en su desarrollo, pudiendo afectar a campos diversos, además del sexual, como el cognitivo, afectivo y relacional».

Por todo ello, el ahora fugado se enfrentaría a una petición de nueve años de cárcel, la expulsión del país durante una década, una prohibición de comunicarse con su víctima diez años y a indemnizarla con 8.000 euros por «daños morales».