Orden de alejamiento contra un hombre por acosar y agredir a una menor en Vitoria

El juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria ha dictado una orden de alejamiento de 200 metros contra un individuo, H. M., de 38 años, respecto de una menor de 15 años a la que acosó sexualmente y agredió en la terraza de un bar, según el auto al que ha tenido acceso este periódico. Tampoco podrá comunicarse con ella ni verbalmente ni por escrito o por cualquier otro medio. Los hechos se registraron el pasado martes, sobre las dos de la tarde, cuando se encontraba con una amiga en una mesa de un establecimiento hostelero de la calle Hondarribia, en el barrio de Lakuabizkarra de la capital alavesa. En ese momento, se sentó junto a ella un desconocido. Se trata de un hombre que pernocta en los soportales del edificio después de ser expulsado de una lonja ocupada, según los vecinos.

El hombre le colocó una mano sobre la pierna a la adolescente mientras le decía que era «muy guapa». Asustada, la chica intentó marcharse, pero él empujó la mesa y se levantó. Poco después, regresó y «le pasó el brazo por el cuello sin su consentimiento». Cuando la menor se intentó zafar, el individuo le asestó un puñetazo en la cara, concretamente en el ojo izquierdo. Después, «tiró los vasos que se encontraban sobre la mesa» y le lanzó uno de ellos con intención de agredirla. La joven que la acompañaba declaró en los mismos términos que la propia víctima.

Testigos avisaron a la Ertzaintza, que se presentó en el lugar de inmediato, y procedió a la detención del sospechoso, que negó que hubiera tocado a la chica. H.M. cuenta con antecedentes policiales por atentado y estafa, entre otros delitos, además de que pesa sobre él una orden de expulsión dictada en 2010.

La menor fue atendida en Urgencias de Txagorritxu por «equimosis e inflamación en el ojo izquierdo». Después, acudió con su padre a la comisaría de la Ertzaintza de Vitoria a interponer denuncia por los hechos, con el parte de lesiones. Al día siguiente, solicitó en el juzgado una orden de protección por el «miedo» que tiene a volver a encontrarse con este individuo por la calle. Según el entorno de la víctima, no es la primera vez que este hombre molesta a una menor, sino que ya ha habido quejas en el vecindario porque «persigue a otras niñas».

La Fiscalía solicitó la medida cautelar para garantizar la protección de la menor ante la existencia de un posible delito contra la libertad sexual y otro de lesiones y la magistrada la admitió al considerarla «absolutamente necesaria e imprescindible».

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