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La esperanza de vida de las personas con discapacidad ha aumentado de manera significativa en las últimas décadas. En el caso de las personas con síndrome de Down ha aumentado en cerca de treinta años en lo que va de siglo. Ese cambio de paradigma ... supone un importante reto para las instituciones, ya que su envejecimiento poco tiene que ver con el resto de la ciudadanía y hasta no hace demasiado se les atendía en los mismos equipamientos y residencias.
Las Juntas Generales de Álava han debatido a este respecto este mismo miércoles. Una moción que viene derivada de una interpelación de hace dos semanas al diputado de Políticas Sociales, Gorka Urtaran (PNV), que explicó se va a construir en Salburua un centro de investigación -tomando como referencia al Trinity College de Dublín- y se van a adaptar los recursos sociales para este tipo de colectivos. Planes que no le parecen suficiente a la oposición, que han apoyado en bloque una moción que han instado al Gobierno foral a poner en marcha un «plan estratégico» para disponer de recursos, programas y medidas para «garantizar una atención de calidad centrada en la persona para este colectivo a medio y largo plazo». En total, se calcula que hay más de 3.600 alaveses entre personas con discapacidad intelectual y autismo.
La juntera del PP Ana Morales -impulsora de esta iniciativa- ha criticado el traslado de 27 personas con discapacidad intelectual a residencias de mayores durante la pasada legislatura que «han tenido que renunciar a sus momentos de ocio y tiempo libre» y ha solicitado la necesidad de «poner en marcha un programa complementario de acompañamiento, al objeto de que se garantice y mantenga su autonomía personal, su integración y su participación en la sociedad». Claudia Venceslao, de EH Bildu, ha puesto como ejemplo el caso concreto de una persona que pasó de un piso adaptado a una residencia que vio cómo se había visto reducida la posibilidad de salir y entrar de la residencia, además de realizar actividades lejos del centro.
«Todos los partidos compartimos diagnóstico y preocupación. Pero tendrán que reconocer que quien tiene los datos, el personal técnico, la experiencia y unos recursos limitados es la Diputación Foral. Pero los datos no son sólo números, sino que tienen rostro, nombre y apellidos, proyecto de vida y familia que esperan una respuesta institucional y no las falsas expectativas que plantea la oposición con cuestiones irrealizables duplicando servicios y sin manejar su verdadero coste», ha zanjado Eva Jiménez, del PSE.
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