La oposición esquiva el guante lanzado por el diputado general de Álava

«Hemos asistido a un discurso agotado y lo que es peor, agotador», ironizó la dirigente de la formación soberanista. «No hemos encontrado nada nuevo. Hemos visto que vive de las rentas y de unos planes que ya venían de atrás. Diez años después (el tiempo que González lleva en el principal despacho de la Casa Palacio de la Provincia) estamos viendo que no hay un plan para el territorio histórico», criticó.

López de Arroyabe sostuvo que en la sesión se tendría que haber hablado más del reparto de la riqueza, la cohesión territorial, el bienestar de la ciudadanía o la reforma fiscal. También echó en falta que el máximo dirigente foral no incluyese ninguna mención a Treviño por lo que intuyó que «no se dispone de un plan para los próximos años».

«Entendemos que, diez años después, este territorio necesita nuevas soluciones, nuevas ideas y, desde luego, hoy hemos visto a un Gobierno agotado», concluyó Eva López de Arroyabe en un tono con notable aroma electoralista.

El líder del PP en Álava, Iñaki Oyarzabal, calificó la intervención del diputado general, Ramiro González, de «plana» y «sin ambición». «Hay mucha autocomplacencia y realmente no vemos autocrítica en sus palabras», afirmó el dirigente popular. Y es que, en su opinión, el máximo mandatario foral se ha olvidado de todos esos alaveses que «lo están pasando mal» por el «deterioro» de servicios públicos tan importantes como la sanidad, la seguridad o la economía. «Con los problemas que tienen muchas familias para llegar a final de mes, aquí vemos al diputado general exponiendo una retahíla de programas recurrentes que son humo y que acabarán dentro de un cajón», criticó.

Es más, el presidente territorial de los conservadores mostró su «preocupación» porque en el ámbito fiscal intuye que se plantea una subida de impuestos y percibe que el Gobierno se acerca cada vez más a las posiciones de los grupos de la izquierda en la Cámara foral. «Si lo que van a hacer es aumentar la carga sobre las familias y cobrar peajes en las carreteras, que no cuenten con el PP», remató. Una posición relevante porque han sido los socios preferentes de González para asuntos económicos. Con ellos sacó adelante la deflactación del IRPF, los incentivos fiscales a la industria cinematográfica y la inyección de 9,8 millones para aliviar el efecto de la prórroga presupuestaria.

«Nosotros queremos planes y propuestas para favorecer fiscalmente a las familias, las empresas y los autónomos para conseguir que este territorio sea mucho más atractivo», exigió.

El portavoz de Elkarrekin, David Rodríguez, criticó que el discurso de Ramiro González no corresponde con el «momento social y económico» que vive el territorio. Para la formación morada, se tendrían que haber abordado cuestiones como la calidad de los cuidados en las residencias y la «precaria» situación de las trabajadoras de los geriátricos privados, que desde hace un lustro reclaman un nuevo convenio.

«Su estrategia en relación al despliegue de renovables nos parece totalmente equivocada. No está comprendiendo la preocupación de la ciudadanía alavesa en defensa del sector agrícola y la defensa de la biodiversidad», apuntó el responsable de la coalición.

Rodríguez lamentó que «ni siquiera se nombrasen» los recortes que la sanidad pública está sufriendo en Vitoria y la zona rural, además de la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda. También reclamó que se den pasos para que el futuro tren de cercanías Alsasua-Miranda haga paradas en los pueblos y las zonas industriales.

Jonathan Romero (Vox) tachó de «ejercicio de hipocresía» la intervención del diputado general. «Hemos visto cómo el Gobierno foral vive alejado de la realidad de los problemas de los alaveses», criticó. «Hemos sido testigos de un discurso sumiso a una Agenda 2030 que nadie ha elegido y que arruina nuestro sector primario con una burocracia, un 'pacto verde' y unas normativas que le impiden ser más competitivo frente a productos de terceros países», sostuvo el representante del partido de Santiago Abascal, quien lamentó que tampoco se habló sobre la inseguridad que, desde su punto de vista, está generando la inmigración ilegal en los municipios de Álava.