Vitoria, en el olimpo de las capitales más sostenibles del planeta

La aristocrática lista incluye desde emblemas de la talla de Vancouver, a la imperial Viena, la francesa Nantes y un puñado de metrópolis de nuevo cuño levantadas en China... Para lavar su conciencia. El gigante amarillo es el mayor contaminador del planeta. A continuación, un repaso a las más llamativas.

Enclavada en el idílico archipiélago de Vanuatu, la pequeña Port Vila rompió el año pasado todos los registros. Con esta localidad de 45.000 almas, la organización obvió la regla de premiar a urbes de más de 100.000 habitantes. Este aspirante convenció con su decidida prohibición del uso de plásticos. También se tuvo en cuenta su esfuerzo económico a la hora de mejorar la infraestructura viaria y urbana. Así como la apuesta gubernamental por «ecologizar» este municipio volcado con el turismo.

Compartió el podio con Hua Hin, en Tailandia, y con Qingdao Sino-German Ecopark, un nuevo barrio levantado en la ciudad china de Qingdao y financiado en parte por un emporio alemán.

El municipio germano de Mannheim se había granjeado fama por su torneo internacional de baloncesto, que cada dos años reúne a las mejores promesas internacionales. En 2017 sumó un nuevo punto de interés al adjudicarse este título green. Con 300.000 habitantes, casi igual que la capital del País Vasco, sedujo su envite por «el drenaje urbano, la gestión de residuos y la protección del clima». El Ayuntamiento cuenta con sensores y medidores de todo tiempo en la mayoría de sus barrios. Usan los resultados para «adaptar rápidamente las estrategias y medidas a los nuevos desafíos medioambientales».

Compartió galardón con Surabaya, en Indonesia.

Quinta capital de país más sostenible del mundo, sexta en movilidad... Su Global Green City (denominación oficial del título) era una cuestión de tiempo. La ciudad de la música también se preocupa por el medio ambiente. Su pentagrama incluye la «innovación» en el campo de la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático de la mano de políticas de reciclaje y de reducción de emisiones contaminantes. Fomenta el uso de medios de transporte alternativos al coche entre una población de alrededor de 1,8 millones de personas.

Compartió honor con Cuenca (Ecuador), Oakland (Estados Unidos) y las chinas Chun'an y Qingxi.

Vancouver (Canadá) proclama desde hace años su decidida intención de convertirse en la ciudad «más verde» del mundo. Su trayectoria apunta que avanza en la dirección correcta. Porque proyecta funcionar, más pronto que tarde, solo con energías renovables sin que la calidad de vida de sus 675.000 habitantes se resienta. Ahora, su ratio se sitúa cerca del 90% gracias al suministro hidroeléctrico. Cuenta con más de 200 parques. Sólo San Francisco supera sus registros en América.

En 2014 compartió foto con un nuevo megabarrio en la urbe china de Anshan y con El Gouna, en Egipto.

No debe resultar sencillo gobernar el flujo de los 3,7 millones de vecinos de Yokohama, enclavada en Japón. Su gobierno local dio una lección con el apoyo al coche eléctrico y la inclusión del tranvía como medio de transporte referencial para los desplazamientos internos. Asimismo, trabaja en la regeneración de cinco grandes áreas -en las que cabrían varias Vitorias- con criterios sostenibles y ecológicos.

En 2013 también se coronó a Oeiras (Portugal), Changsha (China) y Jiangsu (China).

Surcada por cinco ríos -el más conocido, el Loira-, Nantes transformó el corazón de su área metropolitana con un espíritu de lo más sostenible. Donde hubo fábricas grises, ahora lucen edificios green. Proliferaron en este municipio galo de 300.000 almas los jardines, se apoyaron las energías renovables y se plantearon alternativas al vehículo de gasolina. Este atractivo cóctel convenció a la organización en 2012.

En esa edición también reinaron Curitiba (Brasil), el condado de Los Angeles (Estados Unidos), Tianjin (China), Duyun (China) y Suining (China).

Aunque suene increíble, el país con mayor número de ciudades en tan emblemática asociación es China, el mayor contaminador del planeta. Hasta trece de sus localidades, alguna de nueva creación, lucen la medalla de Global Green City. Tamaña avalancha responde a la nueva política del gigante chino por demostrar su adscripción a la lucha contra el cambio climático. De hecho, pretende erigirse a medio plazo en el mayor emisor de energía limpia del mundo.

Algunas de sus ciudades galardonadas son megabarrios levantados ex profeso en áreas particularmente afectadas por la polución y por décadas de malas prácticas medioambientales. En esta cruzada, aún tímida en comparación con su generación de gases nocivos y residuos, ha contado con la financiación de potencias europeas.