En la hostelería de Salburua y Zabalgana corren las cañas y los vinos, hay pintxos de todos los sabores y sirven cafés rematados por esos dibujitos en la espuma que, antes del primer sorbo, inundan ya las redes sociales. Pero su menú es mucho más ... variado. Y no sólo en lo culinario. El ocio en bares y restaurantes despunta en los nuevos barrios de Vitoria con fiestas temáticas, catas, exposiciones de arte, concursos y sorteos, números de magia... y, sobre todo, música en vivo, desde conciertos de rock a sesiones con Dj, para animar un sector que durante meses las ha pasado canutas y fijar una clientela muy volátil. El último diagnóstico de coyuntura y demanda comercial y hostelera encargado por el Ayuntamiento revelaba que sólo uno de cada cuatro vecinos de estos distritos (el 24,5%, para ser más exactos) se queda en la zona para disfrutar de su tiempo libre. El resto se entretiene fuera.
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Paco López, al frente de Alquimia, en la Avenida 8 de marzo, es uno de los profesionales que trata de poner freno a esa fuga lúdica. «En el día a día vivimos de nuestros vecinos pero el fin de semana se nota que hay menos, que se van al centro. Tenemos que hacer por retenerlos y también por traer a gente de la otra punta del barrio o de otras zonas de Vitoria», aboga este hostelero con tres décadas de experiencia tras la barra. Él lo intenta a base de fiestas temáticas, como la ambientada en los años ochenta y noventa, disfraces incluidos, que celebró en mayo, de inesperados 'shows' de magia mientras echa el vermú o de conciertos, como la actuación country que programó en abril. De esta forma, confía, «captas a la clientela». «O movemos el barrio o los de aquí se van», coinciden en Aire Café (Avenida de Zabalgana), que hace unas semanas sonaba al ritmo de los rockeros Lira Soberbia. «Y vendrán más», avisan.
La música en vivo es precisamente uno de los principales ganchos que utilizan en estos distritos donde baja la edad media del padrón de Vitoria. Vietato, por ejemplo, se ha abonado a las cenas amenizadas por Djs y, entre los pinchadiscos que han pasado por este bar de Bulevar de Salburua, el vitoriano Axr_K ha sido el último. La mayoría de los hosteleros opta por artistas y grupos locales, consciente de que «te traen mucha gente», apunta David Monzón, quien «justo once días» antes de la pandemia tomó las riendas de Black 51. El establecimiento, abierto en la calle Naciones Unidas, destaca entre los más activos en la organización de eventos y en lo que llevamos de 2022 ha tenido un par de noches a Ranita en la mesa de mezclas, el 'show' de The Versiones que llenó el bar «hasta arriba»... y el 9 de julio pondrá a J Glass y Samantha Moon al micrófono. Y en su agenda tampoco faltan los torneos de mus.
El menú de Salburua y Zabalgana para alimentar el tiempo libre de sus vecinos es amplio y en rincones como la calle Oion hay propuestas tan originales como la de Om Café, que acoge exposiciones de arte y da la posibilidad de comprar, además, las piezas «a precios asequibles». Desde 60 euros, aproximadamente. «Nos tenemos que buscar la vida para hacer algo diferente», comenta Olivia Gil, que puso en marcha la cafetería hace trece años y alumbró esta idea como «una mezcla» de sus aficiones. Entre tostadas y molletes ha habido muestras de pintura, fotografía, cómics... y unos cuantos artistas esperan hoy su turno para exhibir allí sus obras, como la de un instructor de buceo que saca la cámara debajo del agua. «Al principio llamaba la atención pero ha tenido bastante aceptación», señala. Estas iniciativas, sostiene López, son «un regalo para los clientes». «No hay necesidad de hacerlas, y tienen un costo, pero es verdad que animan el negocio», constata Jesús Moreno desde Dublin House, en el paseo de la Unesco. Fue uno de los primeros establecimientos en levantar la persiana en el barrio, hace más de una década, y desde entonces ha acogido varias maratones de 'spinning', sesiones de swing y de danza del vientre, concursos, teatro... y mucha música.
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Música en vivo, la estrella. Alquimia (8 de marzo, 4), Aire Café (Avenida de Zabalgana, 11) o Black 51 (Naciones Unidas, 51) son algunos de los bares que organizan conciertos. Gros Rock Café (paseo de Estrasburgo, 17) se unirá próximamente a esta lista.
Un museo entre tostadas. Om Café (Oion, 14) ofrece una de las ideas más originales:exposiciones de arte con la posibilidad de que el cliente compre la pieza que más le guste.
Y más. Cenas amenizadas con Dj en Vietato (Bulevar de Salburua, 25), magia y fiestas temáticas en Alquimia, torneos de mus en Black 51...
En el Gros Rock Café, en el paseo de Estrasburgo, cambiaron de gerencia hace menos de un año y ya tienen «en mente» promover también algún concierto entre sus cuatro paredes, esas de las que cuelgan matrículas y fotografías de motos. No les sobra espacio pero podrían «habilitar parte del comedor» con la esperanza de que «venga gente de Salburua pero también de otros barrios». En el otro extremo de Vitoria, Dublin House tiene la suerte de contar con una enorme terraza exterior para realizar infinidad de actividades. «Ahora estamos pensando hacer algo de cara a las fiestas del barrio, que son el mes que viene», explica su responsable sin saber aún con qué sorprenderá a sus fieles. Ideas no faltan en estos barrios.
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