Las obras del 'bus exprés' comienzan el lunes y eliminarán cerca de 380 aparcamientos

Las obras convivirán en este punto durante casi dos semanas con la temporada de piscinas, que finalizará el día 15, la misma jornada en la que la Liga de fútbol regresa a Mendizorroza con el choque entre el Alavés y el Sevilla. Será la prueba de fuego en lo que se refiere a las restricciones. Los trabajos frente a Mendizorroza serán más complejos que en el resto de los puntos del trazado, ya que habrá que instalar un pantógrafo para la recarga de los autobuses eléctricos. Un sistema que, más adelante, también se tendrá que colocar junto a El Boulevard.

Los conductores vitorianos perderán 37 huecos más en la trasera del centro cívico Hegoalde, ya que se creará un vial por donde desviar a los vehículos cuando en el Paseo de la Zumaquera se acometan los trabajos para la creación de la plataforma para el BEI. Las obras se alargarán hasta finales de noviembre de 2020 -tres meses más tarde de lo previsto inicialmente por las instituciones- y consisten básicamente en la creación de un carril exclusivo para el nuevo autobús que sustituirá a la línea periférica de Tuvisa (la L-2), con un sistema de prioridad semafórica y paradas especiales al estilo tranvía, es decir, con canceladoras, expendedoras de billetes, interfonos y pantallas de información para los viajeros.

Esta primera fase de las obras, según la nueva concejala delegada de Movilidad, la peneuvista Amaia Barredo, se ha diseñado «para generar los menores molestias posibles» y «sin grandes afecciones al tráfico». Y eso que la rotonda de Esmaltaciones -uno de los primeros puntos sobre los que se va a actuar- estaba previsto sobre el papel como uno de los 'puntos negros' del proyecto. Pero ahora sólo se esperan «cortes puntuales» para el paso de automóviles y transporte público. Serán los peatones y ciclistas quienes tendrán que modificar sus hábitos al ensancharse la calle Iturritxu a lo largo de unos 150 metros y eliminarse temporalmente pasos de cebra y 'bidegorris'. Eso sí, los pacientes y usuarios que acudan al edificio de Consultas Externas del HUA sí se verán afectados porque se intentará «dotar a la circulación de vehículos de un sentido más coherente y compatible con el BEI» en esta arteria. La idea que maneja el Consistorio desde hace tiempo es que en un futuro circulen por esta vía de Txagorritxu -calle Francisco Leandro de Viana- tan sólo los autobuses.

Molestias mayores o menores para contar a partir de 2021 con un transporte público -confían las autoridades- «eficiente, eléctrico, de alta capacidad y moderno» que luego se trasladará a otros puntos de Euskadi. Un proyecto que asciende hasta los 42,2 millones de euros y que será cofinanciado entre el Gobierno vasco (al 65%), la Diputación y el Ayuntamiento, que se reparten a partes iguales el 35% restante. Los trabajos serán ejecutados por la alianza empresarial compuesta por Irizar, Yarritu y LKS. Una actuación que se extenderá por los diez kilómetros que cubre la actual L-2 y que supone 24 paradas en catorce barrios.

Además de Mendizorroza, el numeroso material de obra del BEI también se apilará junto al polígono de Esmaltaciones y junto al campo de rugby de Sansomendi. En esos casos, a diferencia del estadio, se han elegido solares sin ningún tipo de ocupación para tratar de disminuir las molestias entre los vecinos de la zona y los conductores que buscan un lugar de aparcamiento.