Juan Carlos Elizalde no faltó a su tradicional cita navideña con la sociedad vitoriana, a la que dirigió una felicitación desde la Catedral de Santa María. Rafa Gutiérrez

El obispo de Vitoria pide a las instituciones que eviten el cierre de Desamparados

Juan Carlos Elizalde defiende la labor del comedor social en su felicitación navideña

EL CORREO

Sábado, 21 de diciembre 2019, 00:40

El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, no faltó a su tradicional cita navideña con la sociedad vitoriana, a la que dirigió una felicitación desde la Catedral de Santa María, antes del concierto de música gregoriana de ayer noche. En su intervención, el prelado tocó ... numerosos aspectos de la vida vitoriana, pero puso el acento en las situaciones de necesidad. Y realizó una referencia explícita al comedor de Desamparados, «que durante 50 años ha jugado un papel decisivo» para socorrer a personas con pocos recursos «y hoy se encuentra en un momento crítico». Por ello, pidió «a las instituciones más compromiso en el auxilio» de esta parroquia.

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La semana pasada se conoció que el comedor se encuentra al borde del cierre debido a un déficit acumulado de 200.000 euros en tres años. Según los responsables del patronato que gestiona el servicio, este año se han servido 20.000 comidas más. Otra de las razones del desfase se encuentra en la progresiva reducción de fondos procedente del Ayuntamiento hasta los 270.000 euros en el presente ejercicio, que serán 300.000 el año que viene.

Los responsables de Desamparados no son los únicos que denotan que la salida de la crisis es una quimera en determinadas capas sociales. El viernes Cáritas también reveló que este año han atendido a mil familias más que en 2018. Una realidad que también mencionó Elizalde en su intervención. «Hay que tener el corazón preparado para la ayuda», dijo en referencia a la organización católica. «Debemos tener los ojos abiertos a nuestro alrededor y atender a quienes sufren», señaló en una constante de toda su felicitación.

Inclusión y familia

Elizalde señaló que la Navidad es una época propicia para «volver a la bondad de nuestra niñez» y pensar que las fiestas son para un disfrute sin exclusiones. «Si solo pensamos en nosotros e ignoramos a quienes sufren por enfermedad, soledad, precariedad o exclusión, no es Navidad». A juicio del obispo, se abre una oportunidad para «trasmitir valores humanistas de padres y abuelos a hijos y nietos. La familia es la institución en la que se sustenta una sociedad fuerte y con futuro».

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