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Jorge Barbó e igor martín
Domingo, 4 de septiembre 2022, 01:52
Cuando dejo mi rebaño en las colinas rodeado de hierba y bajo de vuelta a casa, también dejo allí arriba algo de mí mismo con las ovejas. A veces no puedo resistirme y subo a la colina solo para comprobar que todo sigue bien. Las ... alondras levantan el vuelo cantando, sobresaltadas por las pisadas de mis botas y por los perros pastores. (...) Me tumbo de espaldas y contemplo las nubes pasar a toda prisa. Floss se ha metido en el arroyo para refrescarse y Tan me da con el hocico en el costado porque nunca antes me ha visto vaguear. Nunca me ha visto así, sin hacer nada. Nunca ha visto un verano antes».
Esto lo escribió James Rebanks en 'La vida del pastor' (Debate), quizás el retrato más lúcido, menos maniqueo, de la vida de un 'artzaina' que se ha escrito jamás. James trabaja en el Lake District, una de las zonas más hermosas de Inglaterra, y describe a la perfección cómo transcurren las jornadas de los ganaderos justo ahora, cuando el verano empieza a dar sus primeros estertores. Desde aquí, desde Iuberri, este paraje bellísimo de Legutio, no se ve el Helvellyn ni el Skiddaw pero, aunque hoy ha amanecido algo plomizo, sí se adivinan las siluetas del Anboto y del Gorbea. Y Maider no está vagueando, qué va. Pero igual que le pasaba al perro Tan con James, sí que nos extraña verla así, tan tranquila.
Es la primera vez en todo este año que llevamos acompañándola, de sol a sol, que se puede detener a charlar sin prisas, con tiempo para reflexionar sobre su trabajo. Es ahora, sí, cuando entendemos de verdad que esta forma de vida le apasione tanto. Hortz y Nola, esos border collie suyos más listos que el hambre corretean y brincan y juegan a desmenuzar palos y ramas secas. Y a ella se le dibuja una sonrisa de oreja a oreja.
La sequía de este verano es más que evidente incluso aquí, tan cerca del pantano. Los helechos despuntan de color cobrizo y el pastizal es, más que de un verde vivo, de una gama cromática amarronada. Pero ellas, las latxas de cara negra de Maider, están felices aquí, buscando la sombra. Son especialistas en encontrar la brizna de hierba más fresca.
Es el pastor eléctrico, un artilugio que consiste en un cercado conectado a una batería que evita que los animales se escapen el que mantiene a las ovejas en el mismo espacio. Eso no quiere decir que se cuiden solas. Mañana y tarde, la pastora sube hasta aquí para vigilarlas, para comprobar que no les falte agua limpia y fresca en el pequeño abrevadero casero que ha construído. En cada visita llega con el bolsillo lleno de unas pequeñas bolitas compactas, parduzcas, de pienso. «Para ellas son como golosinas», dice. Los animales no tardan en acercarse, desde la otra punta llegan en tropel y comen de la mano de la pastora, que les acaricia, con mimo, el hocico.
Es en esta época cuando a Maider le da tiempo de observar a sus animales con detalle. Le lleva tiempo preocupando esa que inhala como si tuviese sinusitis. «Es la que respira raro» y si alguna cojea, comprueba sus patas y con una especie de tenazas revisa sus pezuñas. «Les hago la 'paticura'», se sonríe.
- ¿Crees que ser mujer hace que trates a tus animales de una forma especial?
- (Piensa). La verdad es que jamás me lo había planteado. Creo que no, pero sí es cierto que cuando toca mandar a alguna al matadero a mí... alguna lágrima sí que se me ha llegado a escapar.
Según las últimas cifras del Ministerio de Trabajo, de los 11.410 contratos en el sector agroganadero que se formalizaron el pasado año en Álava, solo 1.198 fueron firmados por mujeres. Con todo, Maider defiende que su trabajo, el de pastora, el de quesera, siempre ha recaído en los hombros de las mujeres. «En mi casa, mi suegra siempre fue la que se encargaba de las ovejas, de elaborar el queso, otra cosa es que los titulares de las explotaciones siempre han sido y siguen siendo hombres».
Maider no anda nada desencaminada. Lo refrendan los datos del Eustat, que reflejan que solo el 21,7% de las explotaciones agroganaderas de Álava tienen al frente a una mujer. Es la proporción más baja de Euskadi. En Bizkaia, el porcentaje frisa el 28,2% y en Gipuzkoa representa el 25,2%. De todos modos, tal y como señala el Instituto Vasco de Estadística, el número de mujeres ha descendido de forma muy notable (cinco puntos) en la última década sobre todo entre las jóvenes: más del 30% de las explotaciones están dirigidas por una persona mayor de 60 años. Maider es, en las estadísticas, una 'rara avis'.
- ¿Te has sentido alguna vez fuera de lugar en este sector?
- Para nada. Este es un mundo lleno de hombres, pero jamás he sentido machismo, ni medio comentario. En una comida con pastores hablamos del oficio y no me he sentido menos ni por ser mujer ni por ser joven. Entre ganaderos siempre me he encontrado gente dispuesta a ayudar.
21,7%de las 1.457 explotaciones ganaderas de Álava tienen a una mujer como titular, según los últimos datos del Instituto Vasco de Estadística. Es la proporción más baja de Euskadi.
Pocas trabajadoras
Tan solo 1.198 de los 11.410 contratos que se formalizaron en en el sector agroganadero en Álava el pasado año fueron firmados por mujeres.
Orgullosa pastora. Y por pura vocación. Maider dejó de enseñar el verbo 'to be' a sus alumnos a escuchar todo el santo día el «beee», el balido de sus 180 ovejas latxas. Filóloga inglesa de formación, decidió dejarlo todo, aprender pastoreo y poner en marcha en Legutio una
pequeña explotación ovina, un proyecto de ganadería extensiva y restaurativa que compagina enfocado a la elaboración de sus propios quesos.
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