En la tierra de la patata, las vides y los cereales también hay espacio para cultivos alternativos como el de los frutales de cáscara. En los pueblos de Álava siempre han florecido nogales, avellanos y almendros, solo que de su cuidado y recogida se responsabilizan ... normalmente sus propietarios sin otra pretensión que la de destinar el acopio al consumo particular y, como mucho, al reparto o venta entre sus conocidos.
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De los frutos secos es la nuez el que se lleva la fama por sus beneficios para el organismo. Se recomienda comer tres al día, no más por su alto valor calórico, para gozar de una buena salud cardiovascular. La media anual por persona supera el kilo, según el último informe de consumo alimentario publicado por el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Aunque en Euskadi la ingesta de frutos con cáscara aumenta un 5% al año, la producción local apenas si alcanza el 20% de lo demandado. El resto procede de fuera, incluso se importa del extranjero, de California (Estados Unidos), con lo que supone de encarecimiento del producto hasta que llega a manos del consumidor.
12.000 Nogales
Son los nogales que crecen en Álava en terrenos de Zambrana, Berantevilla, Montaña Alavesa y Valles Alaveses. 300 por hectárea.
La oportunidad de negocio es evidente para la agricultura en Euskadi. Así lo entiende Neiker. Ahora, después de ocho años de trabajo, con una pandemia de por medio, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario ya recoge los primeros frutos –nunca mejor dicho— de un proyecto piloto con una finca experimental en Zambrana que puso en marcha con apoyo de la Asociación de Desarrollo Rural de Añana para favorecer el cultivo de nogales en Álava.
¿Por qué aquí y no en otro lugar del País Vasco? Por las excelentes propiedades del suelo alavés y las favorables condiciones meteorológicas de sus comarcas del sur. Dos razones de peso para el crecimiento del árbol de la nuez que sí se dan en Zambrana, Berantevilla, Montaña Alavesa y Valles Alaveses y no en otros municipios de la comunidad autónoma. El frío es muy mal compañero para su desarrollo. El miércoles, un grupo de agricultores participó en una jornada técnica sobre la viabilidad del cultivo de frutos secos, en particular del que nace del nogal. En un mes se repetirá la visita a las fincas y plantas agrícolas que ya se ocupan de su tratamiento.
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«Álava es una tierra muy fértil y productiva. Plantes lo que plantes, obtienes cosechas magníficas», destaca Amaia Ortiz, responsable del departamento de Producción y ProtecciónVegetal de Neiker, sobre las bondades del agro alavés. Con el nogal se empezó, como queda dicho, en 2016. Desde su plantación en la tierra, necesita tiempo para tomar cuerpo. No antes de seis o siete años empieza a ofrecer su fruto después de un laborioso trabajo de campo, en especial de poda y riego. Hace ocho años se contaban doce hectáreas en Álava. Ahora son más del triple, cuarenta, gracias al esfuerzo de una docena de agricultores con pequeñas explotaciones a su cargo. A razón de 300 árboles por hectárea son ya más de 12.000 los nogales que crecen en la provincia, con evidentes posibilidades de ampliación.
La última recolección de nueces en Álava ha puesto en el mercado apenas una tonelada, según datos aproximativos. Una cosecha pequeña que da para poco, pero que supone, según los entendidos, un adelanto de lo que está por venir. «En dos años se estará a plena producción», avanza Amaia Ortiz. «Zambrana es una zona rica, con alto rendimiento de otros cultivos», añade la técnica para poner el foco en un escenario clave del éxito futuro de la nuez en el territorio.
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El fruto necesita de unos cuidados, en particular cuando cae de la rama. La humedad de la tierra es otro de sus enemigos, de ahí que demande de un tratamiento de secado industrial. Más de un día de espera puede dañarlo. En Alca (Alternativa de Cultivos Alaveses), una empresa familiar establecida en Berantevilla, ya llevan años trabajando con la nuez en todo su proceso, desde el campo, donde disponen de tres hectáreas y media de nogales, hasta la nave industrial, donde se produce el lavado, secado, calibrado, partido y envasado. Los hermanos Javier y Gregorio Torre, además de recolectarla aún en pequeñas cantidades, producen aceite de nuez y girasol en frío y harinas de legumbre sin gluten.
«Las heladas por San Prudencio dañaron algo el fruto, hemos tenido menos producción que el año pasado, pero aun así ya habremos cogido unos 600 kilos. En dos o tres años la producción se disparará», aventura también Javier. Será entonces cuando lleguen a las tiendas y supermercados.
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