Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
jesús nicolás
Martes, 27 de julio 2021, 12:58
Si va a pasar revisión a su hijo en algún ambulatorio de Vitoria, puede que encuentre a Miren Ruiz. Esta sevillana de raíces donostiarras, inició la semana pasada su residencia y ha elegido Álava para especializarse en Pediatría. Ella es una de los 89 médicos ... y enfermeros que se incorporan a la OSI de Araba. Así, este año los jóvenes volvieron a abarrotar la cafetería del hospital con la ilusión de verse enfundados en sus batas blancas y azules. Y no es para estar poco orgulloso. Después de un año de pandemia, de hincar los codos para el MIR y de un proceso de selección polémico, estos futuros profesionales fueron recibidos ayer en el hospital de Santiago.
Estas 73 mujeres y 15 hombres incorporan a Osakidetza 63 médicos y 24 enfermeras, tres personas más que el año pasado. Entre los primeros, hay 42 de diversas especialidades hospitalarias, 18 de Atención Familiar, dos de Medicina del Trabajo y uno de Medicina Preventiva. Por su parte, los enfermeros serán formados, dos en Pediatría, seis en Atención Familiar, cuatro en Ginecología, uno en Medicina del Trabajo y once en Salud Mental. El grupo lo completa un psicólogo y un farmacéutico.
En esta primera sesión conjunta recibieron las felicitaciones y la bienvenida del director-gerente del área de salud, Jose María Pérez, el jefe de estudios del Hospital Universitario, Lander Hijona, y el técnico de salud, Juan Ricarte. Los tres coincidieron en animarles a «aprovechar» esta etapa «intensa y fantástica» de su carrera profesional.
«Os han encomendado proteger lo más preciado que uno tiene: la salud», arrancó el director-gerente, que destacó el esfuerzo y la humildad como valores primordiales. «Muchos quieren ser médicos prestigiosos, pero no hay que olvidar que somos personas que atendemos a personas», recalcó. Un servicio público donde es indispensable la empatía. «Por malo que sea el día, todos los pacientes entran con miedo e incertidumbre y no podéis dar respuestas secas. Poned una sonrisa, una buena palabra». El jefe de estudios asumió que en pandemia son más imprescindibles y pidió extremar la precaución. «Para cuidar a los demás, primero hay que cuidar de uno mismo».
Esta madrileña de 26 años estudió la carrera en la Universidad de Zaragoza y ha escogido Vitoria como destino para realizar la residencia. A pesar de encontrarse a 360 kilómetros de casa, se siente muy bien acogida. «Tengo familia en Bizkaia y Álava. Mi madre, por ejemplo, nació en Lekeitio», cuenta la joven. Además, asegura que ha recibido «muy buenas referencias» de otros exresidentes en hospitales de Vitoria. «Estoy muy contenta porque saqué un 1.800 en el MIR. Supongo que habrá gente que no haya podido escoger lo que le gustaba por este sistema. Yo, por suerte, sí». De hecho, no se decidió por su especialidad hace poco, más bien, todo lo contrario. «Sabía que quería ser traumatóloga desde los ocho años», dice.
Nacido en Vitoria, Ibon López empezó su andadura en el mundo sanitario estudiando farmacia en Barcelona. Después de su paso por Cataluña, cayó en la cuenta de que esta disciplina no era la suya y se lanzó a la Medicina. Ahora, tras superar el MIR, se muestra muy crítico con el sistema de selección de este año. «Hemos pasado por una situación muy estresante y de mucha incertidumbre. Independientemente de la nota, ahora es mucho más difícil entrar a lo que te gusta que antes», concluye. «Deberían de haber sido más transparentes». Por suerte, a él le ha bastado para entrar a su primera opción: Medicina Interna. «Siempre me había gustado, si no, hubiera barajado la opción de Oncología o Hematología».
Ainhoa Eleiceta ya sabe lo que es vivir lejos de casa. Estudió Medicina en la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid. Ahora, después de un año duro por el MIR y la pandemia, «he preferido quedarme en casa», asiente. A esta vitoriana tampoco le gustó tener que elegir telemáticamente su especialidad, pero al final lo consiguió. «Yo siempre tuve claro que quería algo relacionado con las ramas quirúrgicas, por eso he escogido ser otorrrino-laringóloga». Con todo, Eleiceta afronta con mucha ilusión esta nueva etapa como médica residente. «Vengo con muchas ganas, tranquila y con ánimo de aprender lo máximo posible». Además, sus primeros días le están yendo muy bien. «Me he sentido muy arropada por los compañeros».
«Apenas somos cuatro en mi unidad». Los enfermeros residentes (EIR) suelen ser menos que sus compañeros MIR, pero Isis Pereda viene dispuesta a darlo todo para demostrar que ellos son también imprescindibles. Ella, dice, estaba «decidida a dedicarse a la Salud Mental», pero ahora se prepara que ser matrona. «También me gustaba mucho los temas relacionados con el cuidado a la mujer», dice. Así, afronta estos primeros días con tanta ilusión que ni siquiera le pesan los viajes en coche desde Bilbao a Vitoria. Reconoce que no ha sido fácil llegar hasta donde quería. «Salí llorando del examen», recuerda. Más con un proceso de selección tan complejo. «En todos los casos puso de opción matrona lo más cerca de casa posible».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.