Arraia-Maeztu rinde homenaje a Isaac Puente con su nuevo club de montaña

A mediodía estarán de vuelta para continuar con la jornada. Se reunirán frente al antiguo Ayuntamiento de Arraia-Maeztu para dar todos los detalles del club y homenajear a Isaac Puente, el médico de la localidad hasta que fue fusilado por sus ideas anarquistas en 1936, poco después del inicio de la Guerra Civil. A esa hora «se descubrirá una placa conmemorativa que recuerde que en esa casa vivió y ejerció como médico. Al acto asistirán nietos y biznietos de Puente. Después se bailará un aurresku en su honor y se ofrecerá un almuerzo», añade Fernández de Mendiola.

Una vez presentado, el club celebrará este otoño su asamblea general para ratificar los cargos y establecer un calendario de actividades en el que habrá «salidas, escalada, carreras de montaña, deportes de invierno en la nieve, salidas de BTT, micología y rutas conscientes entre otras», y se dará cabida a cualquier persona que quiera participar en la entidad. «También estamos federados, así que las personas que participen tendrán la cobertura de un seguro en sus salidas», señala Fernández de Mendiola.

Entre los objetivos del club está la difusión de la riqueza natural de la Montaña Alavesa, con el Parque Natural de Izki como principal atractivo, aunque «no descartamos salidas a otras localidades vascas e incluso fuera», afirma el vicepresidente.

La elección del nombre del club ha estado inspirada por la pasión «por el alpinismo, el montañismo y el contacto diario con la naturaleza» de Isaac Puente, que trabajó como médico en Arraia-Maeztu durante 17 años, desde 1919 hasta su muerte.

Desde su puesto, ejerció como un facultativo rural profundamente humano, preocupado por el bienestar de sus pacientes independientemente de su capacidad económica. «Fue defensor de la higiene, del fin de la prostitución, estaba a favor del feminismo y defendía el derecho al aborto», recuerdan en el club que lleva su nombre. Practicó el esquí, el alpinismo, la natación y el ciclismo con asiduidad.

Fue también un pensador anarquista, reconocido a nivel nacional e internacional. Sus ideas se recogieron en numerosas publicaciones. También fue muy crítico con sus propios compañeros de profesión, sobre todo con los que ponían sus propios intereses por encima de la salud del paciente.

Su vida estuvo repleta de anécdotas, desde el 'picnic' nudista que organizó en Vitoria en 1934 hasta la retribución equivalente a 300 euros que entregó a los trabajadores de las minas de asfalto de Korres, que estaban en huelga, después de atender a la hija de un guardia civil que le había acusado falsamente de promover la protesta.