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El proyecto del soterramiento implica la excavación de 3,6 kilómetros de galerías para enterrar los trenes, lo que significa que su impacto se notará mucho más allá del centro. Aunque todos los focos apuntan al entorno de la estación de Dato, habrá otras ... zonas que podrán sufrir cambios considerables. Una de ellas es el tramo de la calle Florida comprendido entre Santa Lucía y Salburua, que podría convertirse en un gran bulevar peatonal de medio kilómetro con bidegorris, jardines y viviendas atravesado por el tranvía.
La pregunta es obligada. Si en estos momentos el tramo de Florida entre Jacinto Benavente y el arranque del Paseo de la Ilíada tiene dos carriles de ida y vuelta que desaparecen, ¿dónde se meterán todos esos coches? El estudio de Idom sobre el soterramiento plantea la posibilidad de trasladar ese tráfico unos metros hacia el Sur. En concreto, al espacio que quedará libre cuando las vías queden enterradas.
De este modo, esa futura carretera avanzaría hacia el centro en superficie por el actual corredor del tren, pasaría junto al polígono de Uritiasolo y el Iradier Arena y, al acercarse al puente de San Cristóbal, descendería para introducirse hacia el túnel que volvería a salir a la superficie cerca del puente de Castilla.
Este nuevo cinturón de tráfico por el Este de Vitoria dejaría vía libre al Ayuntamiento para reurbanizar la calle Florida a su paso por Santa Lucía. Por ella discurrirá la línea del tranvía de Salburua, que de alguna manera se convertirá en el aperitivo de la transformación. De hecho, la tramitación del ramal está muy avanzada y las obras podrían comenzar entre finales de este año y principios de 2020. El Gobierno vasco, la Diputación y el Ayuntamiento ya han aprobado el convenio de financiación y licitarán los trabajos «después del verano».
Aunque todavía es pronto para definir al detalle el aspecto del bulevar de Santa Lucía, los técnicos ya apuntan varias posibilidades a tener en cuenta. Una de ellas afecta de lleno al puente ubicado en la confluencia de Florida con Jacinto Benavente, que sería eliminado. De otro lado, el plan de Idom propone construir algo más de 900 viviendas repartidas en diecinueve edificios -159.630 metros cuadrados construidos- que aprovecharían el espacio ganado al tráfico en el entorno de Los Astrónomos y el Paseo de la Ilíada. Este uso residencial coparía cerca del 73% de los 1.326 pisos previstos en todos los suelos liberados tras enterrar el ferrocarril. Hogares que, recalcan fuentes municipales, «no condicionarán el proyecto del soterramiento bajo ningún concepto. El tren se debe enterrar y después los pisos que se hagan ayudarán a financiar la inversión realizada».
En todo caso, cualquier diseño sobre plano para imaginar cómo aprovechará Vitoria la eliminación de la brecha ferroviaria depende de un factor elemental: el soterramiento. Enterrar las vías entre Bulevar de Salburua y Las Conchas costará 435 millones de euros, según Fomento, una factura que compartirán los gobiernos central y vasco, la Diputación y el Ayuntamiento.
Este montante no incluye los posteriores gastos de urbanización, que deberá asumir Vitoria en solitario. Como avanzó en exclusiva este periódico hace un mes, el estudio de Idom los cifra en unos 34 millones de euros. Esta inversión se podría recuperar con las plusvalías urbanísticas que se podrían obtener por la venta de suelo para hacer viviendas y oficinas, que rondarían los 107 millones.
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