La potrilla asesinada por el lobo en el pueblo de Tortura, municipio de Kuartango. E. C.

Un nuevo ataque del lobo vuelve a levantar las alertas en Kuartango

El sábado mató un potro, tres semanas después de otra acometida mortal. Al parecer, es obra de un ejemplar solitario que el año pasado perpetró catorce ataques

Martes, 14 de mayo 2024, 00:26

En el pueblo alavés de Tortura (municipio de Kuartango) vive sólo José con sus caballos, unos los cuida para la montura y otros para la carnicería. Un profesional del campo que, desde hace siete años, disfruta en solitario de este rincón de la naturaleza del ... territorio. El sábado por la tarde ayudó a una de sus yeguas a dar a luz a una potrilla de color castaño, un ejemplar al que le esperaba un largo futuro por su privilegiada genética e iba a reservarse para multiplicar la cabaña. Eso nunca llegará a suceder. La recién nacida pasó su primera noche en compañía de su madre y otras dos hembras encintas en una finca cercana a la casa del dueño bajo un espeso manto de niebla, que sirvió de tapadera perfecta para que el lobo perpetrase un ataque que acabó con su vida. A mediados de abril, otra acometida acabó con otro caballo recién nacido. Y en este municipio las alertas son casi a diario, como ya denunciaban entonces los ganaderos afectados.

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Cuando la mañana del domingo por fin se despejó, José se acercó a observar cómo se encontraba la potrilla y se encontró una escena de pesadilla. El cánido se había cebado con el cuello del equino y había comido una parte de sus 'jamones'. Al parecer, se trata de un lobo -los primeros análisis veterinarios corroboran que al ataque y la mordida se ajustan a los de esta especie- que ronda solitario por la sierra de Arkamo-Gibijo y que en 2023 ya perpetró catorce ataques principalmente a ovejas y cabras, además de burros o en este caso un ejemplar de caballo que estaba débil por contar con muy pocas horas de vida.

«En el caso de las yeguas hacemos una ganadería extensiva y casi todo el año están en el monte, hasta el punto de que yo tengo monitorizadas a las líderes de la manada con GPS», comenta José. «Alguna vez me he encontrado con alguno de mis ejemplares muerto, pero no hemos podido confirmar si fue por el lobo porque los buitres lo habían dejado en el pellejo y los huesos. Ahí poca biopsia se puede hacer. Pero este no ha sido el caso, el ataque se perpetró a unos 200 metros en línea recta de mi casa», explica.

A este ganadero lo que le preocupa no es el coste de la potrilla, sino la genética que se pierde con este ataque. «Era nieta e hija de yeguas que se han criado aquí, que están adaptadas al terreno, a las inclemencias meteorológicas y que están listas para las posibles épocas de sequía», añade este vecino de Tortura.

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José tuvo que rellenar toda la documentación necesaria para comunicar el ataque del cánido. «Te piden la parcela exacta donde ha cometido la avería el lobo, el régimen de propiedad de los terrenos, su nombre... Encima tienes que presentarlo en un plazo máximo de diez días desde el suceso, eso sí, luego para pagarte el dinero tardan un año o incluso más, según me cuentan otros vecinos afectados», critica.

Ana Salazar, secretaria general del PP en Álava, es vecina de Kuartango. «Desde el partido siempre hemos tenido claro que había que reducir la protección al lobo. Y así lo defendimos en las Juntas Generales y en el Congreso de los Diputados impulsamos que se hiciera. Lo hemos sacado adelante. Así se ve claramente quiénes apoyamos de verdad al sector primario y no el resto de partidos», denuncia la procuradora popular.

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