La puesta en marcha de la depuradora de Llodio va a marcar un antes y un después en el Nervión. Sandra Espinosa

Nueve ríos alaveses sufren aún contaminación química, la mitad que hace una década

El Nervión, el Zadorra o el Mekoleta de Gojain padecen más la presión de la industria, la agricultura y las ciudades. URA chequea cada año 39 masas de agua

Lunes, 6 de noviembre 2023, 00:22

La salud de los ríos alaveses mejora aunque algo más lentamente que la de los cauces de Gipuzkoa y Bizkaia. El último informe de la red de seguimiento del estado químico de los ríos de la Agencia Vasca del Agua, URA, señala que de las ... 39 masas de agua superficial que son objeto de estudio cada año en el territorio, nueve presentan aún problemas de contaminación que hacen que su nota sea «deficiente». Pasa en uno de cada cuatro ríos y las directrices europeas dicen que hay que llegar al 90% de aprobados. Los vecinos ya están en un 80%. La buena noticia es que suspenden en toxicidad la mitad de masas alavesas que lo hacían hace una década -19 no pasaban el filtro- y en un contexto en el que se es mucho más exigente con los parámetros mínimos a cumplir para recibir el plácet, explica Alberto Manzanos, técnico de planificación hidrológica de URA.

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Los problemas de saneamiento, depuración y vertidos son los que dificultan la vida en varios tramos del Nervión a su paso por Ayala, en el Zadorra a su entrada al embalse de Ullibarri y cuando sale de Vitoria entre Zalla y Nanclares de Oca o también de Mekoleta, la masa que rodea el polígono de Gojain en Legutiano. Son los ríos con más problemas de contaminación en Álava y los que sufren en mayor medida la presión de la industria, la agricultura intensiva o las propias ciudades.

En su contexto

  • 45 puntos de muestreo de 39 masas de agua de Álava se recorren varias veces al año.

  • Objetivo Se trata de que más del 90% de los ríos cumpla los parámetros de contaminación. Gipuzkoa y Bizkaia ya van por el 80%.

  • 900.000 euros invierte URA cada año en contratar estos dos estudiados; el de la red de seguimiento del estado químico y el de la red de seguimiento del estrado biológico de los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Manzanos explica que URA realiza estos seguimientos desde 1993. «Los ríos son los mismos pero cambian los criterios de evaluación», puntualiza. Desde 2015 existe un Real Decreto que marca el mismo paso a todas las comunidades autónomas «y que permite tener una serie muy estable de conocimiento y de evaluación de parámetros». Los umbrales de metales, disolventes industriales o pesticidas admisibles en el agua los fija la UE y son estrictos. «No se trata de la protección de la salud humana sino de los sistemas acuáticos», detalla el técnico de URA.

La filosofía

«No se trata de ver el río como un recurso: es un bien natural que hay que proteger y cuyo estado hay que mejorar»

La agencia visita periódicamente 45 puntos de muestreo de 39 masas de agua. Depende de su vulnerabilidad, se hacen dos mediciones al año, con cada estación o de forma mensual. Cada espacio tiene sus características y no se buscan los mismos contaminantes en todos los sitios. «No buscamos compuestos de origen industrial en una zona que es más agrícola».

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Depuradoras

Manzanos trata de hace entender el gran objetivo de todo este seguimiento. «No se trata de ver el río como un recurso, sino que es un bien natural que hay que proteger y cuyo estado hay que mejorar». ¿Cómo? La agencia del agua vigila que se respeten los caudales ecológicos, restaura los márgenes, mira que no haya vertidos ilegales y si los hay sanciona a los responsables, autoriza o deniega obras que puedan afectar a la calidad de las aguas y procura que en la zona haya la vegetación de ribera adecuada. Pero la inversión en la gestión integral del ciclo del agua es la clave de la mejora.

Sin saneamientos ni estaciones depuradoras de residuales que funcionen no es posible una buena calidad de muchos de los ríos. URA, por ejemplo, confía en que la depuradora de Agurain en marcha desde hace más de un año se note ya en la calidad del agua de este año; cree que la entrada en funcionamiento de la de Llodio marcará un antes y un después en el Nervión Alto y confía también en que mejore mucho el Zadorra con la obra antirriadas de los ríos del Sur cuyas aguas ya no acabarán en Crispijana, estación que se desbordaba con las riadas y sacaba agua no depurada al río. Está por ver qué solución se da al polígono industrial de Gojain.

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Los más puros

Los ríos alaveses con mejor calidad son el Purón, el Altube, algún afluente del Bayas, el Barrundia en su cabecera, el río Izki, el Ega aguas arriba de Antoñana o el Zirauntza. Por el contrario, las nueve masas de agua que están en la cuerda floja (no está incluido el río salado de Lamuera) están cerca de aprobar. Si con nuevas medidas de control las diferentes instituciones de las que depende su gestión logran reducir la presencia de contaminantes por debajo de los umbrales permitidos en un periodo de «tres o cuatro años» mejorará también su estado ecológico.

Cada año, además de medir la presencia de contaminantes en los ríos alaveses, URA analiza su vida piscícola, la salud de invertebrados bentónicos (moluscos, insectos, anélidos) y la de su vegetación sumergida. Se trata del informe de la red de seguimiento del estado biológico de los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco. La presencia de salmónidos, cuando los hay, es señal indiscutible de una muy buena vida. Son las truchas y las anguilas, que ya se dejan ver por el río Oria en Gipuzkoa.

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URA destina cada año 900.000 euros en costear los informes de sus redes de seguimiento, de los que 250.000 se llevan los estudios realizados por empresas contratadas para ello en Álava. Este año ha estado marcado por las altas temperaturas del verano y el arranque del otoño, lo que ha hecho que muchos de los ríos hayan pasado meses con sus caudales bajo mínimos. El informe de 2023 revelará que efectos ha tenido esto sobre la calidad de la red fluvial alavesa.

«Los ríos son mucho más que el agua», reivindica Zadorra Bizirik

«Los ríos son mucho más que el agua que discurre por el cauce», afirma el grupo ecologista Zadorra Bizirik, que considera necesaria una mayor concienciación sobre el problema de la salud de las aguas fluviales en Álava «para trasladarlo a políticas de cambio valientes». Recuerda que a falta de cuatro años para cumplir las directrices europeas, el 59% de los ríos y el 66% de las lagunas de Álava no cumplen los requisitos de Bruselas si se unifican los criterios de calidad química y conservación del ecosistema. Plantea entre varias medidas, «establecer nuevas fórmulas fiscales y de bonificación, vinculadas al cumplimiento de unas condiciones ambientales que repercutan en la mejora real en el funcionamiento de los ríos».

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