Txani Rodríguez es la Alavesa del mes por su trabajo como escritora, que le ha valido el último Premio Euskadi de literatura. S. ESPINOSA
Txani Rodríguez | Alavesa del mes

«A las novelas no se puede entrar de puntillas, hay que meter ruido»

La escritora llodiana se convierte en la nueva 'Alavesa del mes' tras lograr el Premio Euskadi de Literatura por 'Los últimos románticos'

Lunes, 6 de diciembre 2021, 01:16

El Premio Euskadi de Literatura en castellano por 'Los últimos románticos' ha cambiado radicalmente algunos aspectos de la vida de Txani Rodríguez. Además de escritora, ella es periodista y está acostumbrada a hacer entrevistas. Lo que no contaba es que se las hiciesen a ella. ... Esta es una de las 'servidumbres' por haber sido elegida como 'Alavesa del mes' de octubre de EL CORREO.

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- ¿Ha tenido que cambiar sus rutinas?

- Un poco. De todas formas, enseguida volverá todo a su ser. Es un premio muy importante pero es algo puntual.

- ¿Ya ha encontrado esa voz personal que buscaba y que ha reconocido el jurado?

- Para esta novela, sí. Pero como dice Luis Landero, el de escritor no es un oficio porque no se puede reproducir. Acabamos una novela y quizás ya no sabemos hacer la siguiente. Respecto a la voz personal, creo que se refiere a que la novela está narrada en primera persona y a la mirada de la protagonista, Irune. Me esforcé en buscar esa voz porque empecé a escribir la novela durante un verano en mi pueblo de Málaga, madrugando, con mucho sacrificio porque hacía calor y me iba a escribir al salón de plenos. Cuando volví, la tiré porque la estaba escribiendo en tercera persona y esa voz no me sonaba. No era lo que yo quería y volví a empezar.

- ¿Le costó tirarla?

- Cuando te das cuenta de que no vale, no. Pensé que era mejor romperlo cuanto antes y borré todo el archivo. No guardé ni una frase, ni un párrafo. Me dio pena porque podía haber pasado el verano sin madrugar, pero voy a pensar que si no lo hago así igual no lo hubiera tenido tan claro.

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- Y dio con la clave de escribir en primera persona.

- Es que la novela es la mirada de la protagonista hacia el mundo y al entorno que la rodea. Sin esa mirada, no sería la misma historia.

- ¿Qué hay suyo en Irune?.

- El miedo a la soledad. Soy hipocondríaca como ella y vive en un lugar muy parecido a Llodio, en un pueblo que ha atravesado varias crisis. Tiene la misma edad que yo y ha pasado experiencias como las mías. El ambiente que respira es el que he respirado yo, pero hay cosas que yo no tengo. Esa mirada tan extrañada sobre el mundo, que en ella está más acentuada. Es muy maniática y eleva sus ocurrencias a categoría de verdad absoluta. Eso me permitió darle un poco de humor a la novela, que me interesaba mucho para poder sonreír al leerla.

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- Incluso vive una huelga, como la de Tubacex.

- Tenía una sensación de 'déjà vu', porque en este pueblo ya hemos pasado reconversiones, cierres, despidos... de todo. Mi padre era trabajador de Aceros de Llodio y yo viví esa situación en el instituto. Sé la angustia que es para una familia creer que tienes un trabajo fijo y ver de repente que te puedas quedar en la calle.

- También es dramático que Irune llame a Renfe solo para poder hablar con el operador

- Es como la gente que llama al teléfono de la esperanza. Irune le pide ayuda de alguna manera, pero estas cosas, pasan.

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- ¿Esta es su novela más completa?

- Lo último que hacemos es lo más cercano a nuestro 'yo' de ahora y lo sentimos más propio, pero en mi opinión, la anterior novela 'Si quieres, puedes quedarte aquí', no tiene mucha diferencia de calidad respecto a esta, aunque la repercusión sea muy diferente.

Proyecto cinematográfico

- ¿Qué significa para usted que su novela se lleve al cine?

- Es muy halagador por el equipo que se está formando con David Pérez Sañudo y Marina Parés. Gente a la que le parece tan interesante como para poner su tiempo y su talento... Pero es algo paralelo. Es otro lenguaje para llevar la misma emoción a un plano diferente. Confío en que me va a gustar porque su forma de contar se parece a la mía, pero con otras herramientas.

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- ¿En qué trabaja ahora?

-Ahora no escribo. Tengo algo pensado, pero en fase inicial. Necesito un poco de concentración, así que me he dado un tiempito, que espero que sea corto porque a las novelas no se puede entrar de puntillas. Hay que entrar metiendo ruido, llegar para quedarse.

- ¿Será en euskera?

- Me gustaría mucho pero tengo un nivel de prospección más profundo en castellano. Más recursos y estructuras de pensamiento, una plasticidad. Es tan difícil escribir una novela que hay que hacerlo con todo a favor. Pero también estoy hablando más en euskera y a lo mejor un día hago la prueba con algo breve. Ya me gustaría.

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