«Hay que normalizar la presencia de la Policía Nacional y la Guardia Civil en nuestras calles»

– Con su llegada se ha notado una mayor apertura de la subdelegación del Gobierno central en Álava como institución. ¿Hasta qué punto se sentían alejados de la población alavesa?

– Desde que tomé posesión del cargo, en marzo del año pasado, me fijé como objetivo abrir las puertas de la subdelegación más si cabe y hacer que la ciudadanía conozca qué papel tenemos en la sociedad. Nos hemos acercado a aquellos pueblos alaveses donde no contamos con una sede física para informar sobre los servicios que se prestan a través de la sede electrónica. El pasado año, además, organizamos una exposición sobre mapas antiguos del País Vasco que atrajo a casi 1.700 personas, el récord en esta institución, y sirvió para que muchos conociesen las instalaciones.

– Y en Ardoaraba organizaron una visita con cata incluida.

– Me encargué junto a Marisa Fidalgo (directora en la subdelegación) de mostrar el edificio a la ciudadanía para contarles su historia, que en el pasado aquí estuvo el convento de San Francisco... Es una manera de acercar la institución a la ciudadanía, explicar sus funciones y el papel que aquí desempeña el Gobierno de España.

– A los sectores nacionalistas les sorprendió esta actividad.

– A mí nadie me lo ha trasladado así. Yo quiero que la subdelegación esté siempre abierta a la ciudadanía. Poco a poco hay que ir superando los prejuicios por la presencia del Gobierno de España en el territorio. Y es que nadie puede obviar la alta inversión del Gobierno de España en nuestra provincia. Sólo a través de los PERTE (proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) se han inyectado en torno a 2.800 millones en el País Vasco. En Álava sobre todo se han beneficiado pequeñas y medianas empresas, pero también podemos mencionar a Mercedes, que ha percibido 130 millones; Basquevolt con 33; Aernova... También se han inyectado recursos para hacer más sostenibles los regadíos o digitalizar el ciclo del agua.

– ¿Existe un desconocimiento generalizado sobre las funciones de la subdelegación?

– Yo he observado un interés por conocer nuestras competencias, que son importantes. Porque en la subdelegación se integran servicios como extranjería, sanidad exterior y control de exportaciones e importanciones, además están la Inspección de Trabajo, la Tesorería General y el Instituto Nacional de la Seguridad Social, la Dirección General de Tráfico (DGT), Muface, el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Servicio Público de Empleo, la Policía Nacional, la Guardia Civil...

– Hace un año se conmemoró el 200 aniversario de la Policía Nacional en la plaza de España y la Guardia Civil también celebró el 12 de Octubre en el centro de Vitoria. ¿Estos actos en la ciudad se van a consolidar en el tiempo o han sido extraordinarios?

– Yo creo que hay que empezar a normalizar la presencia de las Fuerza y Cuerpos de Seguridad del Estado en nuestras calles, que la ciudadanía se sienta más cercana a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que tan arduamente trabajan y que, sin embargo, se conocen tan poco. A eso hay que sumar que en junio se abrieron las puertas de la Comandancia de Sansomendi y todo se desarrolló sin ningún tipo de altercado a destacar, al contrario, hubo mucho interés de los ciudadanos por conocer y agradecer su labor.

– ¿Es un paso más que faltaba para hablar de normalidad tras el fin de ETA?

– Poco a poco tenemos que superar aquella etapa, sin olvidar el dolor causado a las víctimas. Y eso se consigue a través del reconocimiento a su labor y que se sepa el trabajo que se realiza en la persecución de delitos de explotación laboral y sexual, ciberdelincuencia... Poco a poco se va reconociendo la labor de nuestros agentes.

– ¿Se siente cómoda con el resto de representantes institucionales vascos?

– La verdad es que tengo una relación bastante cordial con todos los partidos.

– ¿Incluso con aquellos como el PNV o EH Bildu que obvian a los representantes del Gobierno central en Euskadi?

– Como ya he dicho antes, poco a poco se van superando esos prejuicios y se van a ir acostumbrando a la presencia del Gobierno de España.

– ¿Qué cambios pretende introducir respecto a sus predecesores en el cargo?

– Soy la subdelegada más joven que ha habido en Álava, por lo que quiero aportar frescura y esas inquietudes que pueda tener mi generación. Porque la política, aunque este cargo no es tan político como otros, tiene que servir para conseguir una sociedad más justa y eso hay que hacerlo desde dentro del sistema.

– ¿Cómo acaba una malagueña como subdelegada del Gobierno central en Álava?

– Yo aprobé las oposiciones para inspectora de trabajo y me apeteció apostar por Vitoria, aunque no la conocía. De eso hace cinco años y en 2024 surgió esta oportunidad de ser subdelegada porque hay que ser funcionario del grupo A1 (los de mayor rango dentro de la administración pública). A mí siempre me ha gustado la política, pese al clima de crispación    que vemos en Madrid y que está echando para atrás a muchos jóvenes. Tengo ideas nuevas y esa fue la principal razón por la que decidí arriesgar y dar el paso. El PSE decidió apostar por mí y yo estoy feliz por esa confianza.

– Con el traspaso de competencias del Gobierno central al vasco, ¿no teme que se vacíe de contenido la labor de la Administración central en Euskadi?

– Simplemente supone dar cumplimiento al Estatuto de Gernika y al acuerdo de investidura con el PNV. La Administración central siempre se va a mantener aquí y el traspaso no significa vaciar de competencias al Estado.

– ¿Cómo se encuentra la obra del centro de acogida de refugiados de Arana?

– En estos momentos han empezado las labores de vallado, perimetraje y desbrozado alrededor de la antigua clínica. También se están realizando labores de limpieza en el interior, ya que con los actos de vandalismo y otros movimientos se encuentra un poco deteriorado.

– ¿Entiende que colectivos vecinales y partidos políticos se hayan opuesto a este proyecto?

– No son personas que vengan a cometer actos vandálicos. Llegan huyendo de países en guerra o porque temen por su vida, por lo que debemos cumplir con la obligación de acogerlos y atenderlos. Pero aquí hay determinados grupos políticos que han incorporado el miedo a través de unos discursos plagados de odio y mentiras sobre estas personas.

– El PNV también se opone a este proyecto. Alega que este centro no se adapta al modelo vasco de acogida de extranjeros.

– Pues eso será lo que opina el PNV. Yo viajé en verano junto a la delegada del Gobierno (Marisol Garmendia) y la alcaldesa (Maider Etxebarria) al centro que existe en Alcobendas (Madrid) y que lleva veinte años funcionando. El modelo es parecido al que se aplicará en Arana y vimos que ni mucho menos es un lugar para que exclusivamente duerman, sino que se realizan tareas pedagógicas, formación, aprendizaje en castellano y herramientas para que puedan encontrar trabajo. El objetivo es que cuando salgan del centro puedan vivir por ellos mismos y aportar a la sociedad.

– Esta semana se ha conocido que las catas para el tren de alta velocidad (TAV) en la Sierra de Aralar han sufrido sabotajes, lo que podría retrasar más su desarrollo.

– Yo sólo reclamo que se lleven a cabo las investigaciones pertinentes para frenar los sabotajes. A mí me da pena que haya gente que quiera impedir el avance de una comunidad autónoma tan potente como Euskadi. En Málaga pudimos observar cómo la mejora de las conexiones permitió un avance total que traerá actividad económica y turismo, y aquí llegará de la misma manera.