Ernesto Olano
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Ernesto Olano
Ernesto Olano, uno de los mayores expertos vascos en adolescentes conflictivos, imparte mañana jueves una charla –organizada por la ikastola Ikasbidea– a padres sobre los riesgos del uso del teléfono móvil y las redes sociales por los más pequeños de la casa. Arrancará a las ... 18.45 horas en el centro cívico Salburua.
– ¿Les prohibimos los móviles?
– Han traído cambios de conductas que está costando entender y generan un montón de disfunciones en los chavales, sobre todo a la hora de sociabilizar. Un padre solo no logrará nada, porque su entorno le marcará. Si todos los de su clase tienen móvil a los 11 años y su niño no, puede ser un bicho raro. Y puede desembocar en que se metan con él.
– Entonces, ¿qué hay que hacer?
– Supervisar las redes sociales de nuestros hijos, que es lo que hemos dejado de hacer. Nuestros chavales, sobre todo de 13-14 años, invierten en ellas hasta siete horas al día y si no hacemos ni caso quedan desprotegidos. No vale la excusa de que no sabes de redes. Estás obligado porque tienes un hijo que las usa. España es el país de la Unión Europea con más adicción a las redes sociales entre los menores. Rondamos el 23%. Es una cosa seria. Cada siete minutos los chavales las miran y nosotros, parecido.
– ¿Cuáles son las consecuencias?
– Ese abuso nos ocasiona ansiedad y estrés. Nos hace generar más cortisol, que es la hormona del estrés. Llegamos a necesitar mirar como una bocanada de aire. Y claro, eso provoca adicción.
Siempre con control paterno
– ¿Parecido al tabaco?
– A los padres les hago el símil. Que no piensen que sus hijos tienen un móvil, lo que tienen realmente es un cigarrillo. Y aún es peor. Cuando empiezas a fumar lo asocias al momento de sociabilizar. Con la pantalla te conviertes en un adicto antisocial.
– Con el agravante de que sus personalidades están sin formar.
– Efectivamente. En 2008, la primera crisis vital o palo gordo de una persona se diagnosticaba sobre los 22-23 años. Cuando salías de estudiar, ibas a trabajar y decías 'uf, la vida es una mierda' o te dejaba la primera pareja. Hoy, ese castañazo llega a los 13.
– ¿A qué se refiere?
– A episodios de ansiedad y depresión. Crisis duras, Hay menores que pueden acabar medicadas. Si tu primera crisis la tienes con 22-23 años, con tu identidad más o menos formada, dispones de más herramientas. Con 13, salir es mucho más complicado y tiende a cronificarse. Un chaval de 13 años de ahora tiene menos herramientas y habilidades sociales que hace treinta años.
Más complicado de superar
– Pues parece lo contrario.
– Porque tendemos a decir 'mira qué espabilados son'. Pero son más inmaduros. Podemos hablar del chupete digital. Niños de 6-7 años con un problema en el barrio con otros chavales. Van donde los padres y estos, para que no molesten y se tranquilicen, les dan el teléfono. Cuando tenemos un problema, pantalla.
– ¿Hay más crueldad en una red social que en la vida real?
– Sí. Los colegios te llaman y ves que cada vez afrontan más problemas de acoso e intentos de suicidio. Antes, el acoso escolar se sufría sobre todo a la entrada, en el patio y a la salida. Luego cambiabas de ámbito y podías respirar un poco, pero ya estabas pensando 'joder, mañana tengo que volver al cole'. Ahora, aparte de esos tres momentos cara a cara, en las redes sociales les pueden insultar, marginar y hacer de todo. Eso genera un estrés increíble.
– ¿Qué hallan en redes y chats?
– Un ambiente más complejo y más tóxico. Al ser menos maduros a la hora de sociabilizar y tener que coger roles o formas de funcionar, cosifican la violencia. Sobre todo la violencia verbal. Con 12-13-14 años ven igual las redes sociales como la vida real. Entre ellos triunfan los perfiles más violentos. Y las chicas se exponen un montón en las aplicaciones sociales. Sexualizan porque saben que así llegan a más gente. Saben que, sobre todo, los que están viendo son los chicos.
– ¿Los menores con alguno de estos problemas piden ayuda?
– El 35% no se lo confiesa a nadie. No se atreven, temen aparecer como vulnerables y que les machaquen. Yo recomiendo a los menores que si ven esa situación en el colegio se la comenten a algún profesor al que vean como autoridad y haya confianza.
– Ahora la profesión soñada es la de influencer.
– Algunos han dejado de vivir la vida como tal para poder colgarla. Somos así (coloca la mano en el ombligo) y vendemos que somos esto (la sube a la cabeza). Ese vacío origina frustración. Si para los adultos ya es difícil de gestionar imagínate para chavales que están aún desarrollándose.
– ¿Y el influjo del porno?
– Desde que los smartphones se popularizaron en 2008 ha subido muchísimo su consumo. Nuestras relaciones sexuales son menos satisfactorias porque tenemos la imagen del vídeo. Los chavalillos de 10 años ya consumen pornografía.
– ¿Aquí en Vitoria?
– En Vitoria, en el resto de Álava y en todos los sitios.
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