La nieve sorprende a Vitoria en primavera después de una década

Miguel Ángel Manjón asegura desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Euskadi que «se nos han olvidado esos inviernos largos» que rascaban unos cuantos días a la primavera. «Los episodios fríos cada vez son menos habituales», asume, consciente de que la temperatura media no para de subir en todo el planeta. Pero «de vez en cuando ocurren». La prueba es que desde 1978 ha habido otros trece años, además de 2022, con nevadas registradas en el aeropuerto de Foronda a lo largo de abril y la inmensa mayoría se remonta a las décadas de los ochenta (cuatro) y los noventa (cinco). En 1986, por ejemplo, Vitoria se tiñó de blanco hasta seis jornadas (del 6 al 9, el 11 y el 12) de ese mes. Y en 1981, 1989 y 1991 nevó en vísperas de San Prudencio. «Ha caído hasta en mayo», dispara en forma de aviso a quienes daban ya el abrigo por amortizado.

Sin embargo, la nevada de ayer, que se prevé que se repita hoy aunque la precipitación irá en descenso, supone un auténtico acontecimiento para Euskalmet. La Agencia Vasca de Meteorología comenzó en 2013 a lanzar avisos ante posibles inclemencias de todo tipo y jamás en este tiempo había tenido que emitir una alerta naranja por nieve en cotas tan bajas de Álava -en sus cumbres no resulta extraño- en esta época del año. «Siempre asociamos la primavera a sol y temperaturas más altas, pero se trata de una estación muy cambiante», explica la meteoróloga Onintze Salazar. De hecho, la temperatura mínima que arroja la estación de Abetxuko ha pasado en una semana de 7,5 grados (el viernes 25 de marzo) a 0,1 (ayer). Y la máxima ha saltado en el mismo periodo de 14,1º a 5,2º.

«Hemos tenido un invierno seco y cálido, igual que marzo, y de golpe y porrazo nos hemos encontrado con nieve en primavera», comenta Manjón sobre ese cambio drástico con el que ha arrancado abril para sorpresa de más de uno. El origen se encuentra en el viento del Norte, «muy frío y cargado de humedad», retrata Salazar, que se ha colado entre la borrasca situada en el Mediterráneo y un anticiclón que se ubica entre Groenlandia y las islas británicas. El escenario ideal para la brusca caída del mercurio y de la cota de nieve que ayer experimentó Álava y que, pese a no causar complicaciones en la capital -donde cuajó unos 5 centímetros por la noche-, sacó a las máquinas quitanieves a la carretera. También salió el sol, a ratos, pero no fue suficiente para templar el ambiente. La Agencia Vasca de Meteorología espera que ese nivel amanezca hoy a 200-300 metros en el territorio y que, a partir de las 10.00 horas, cuando baje el nivel de alerta de naranja a amarillo, vaya en ascenso hasta moverse entre los 300-500 en diferentes momentos del día. Mañana se quedará sobre los 500 metros y el aviso amarillo por nevadas se desactivará a las 10.00. «Irá precipitando menos pero el frío se quedará un poco más», señala la experta.

El pronóstico del tiempo para los próximos días se asoma cargado de «incertidumbre» y, aunque parece que este episodio de nieve se dará por finalizado en las próximas horas, el termómetro tardará algo más en templarse. En Vitoria, por ejemplo, no pasará el martes de los 7 grados. «A partir de ese día empezarán a subir las máximas, pero las mínimas seguirán sin recuperarse», analiza Salazar sin ver aún una mejoría clara del tiempo.