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Enrique Ortiz de Zárate tiene un don que casi nadie posee. Le ha costado tiempo desarrollarlo, pero el fruto de este ya se puede ver en el Museo de Ciencias Naturales de Álava. Apasionado de la fotografía y la naturaleza, empezó a encontrarse con esa ... destreza cuando un día el director del museo, Jesús Alonso, le llevó a un paseo por las antiguas calderas volcánicas de Peñacerrada. Allí consiguió descubrir con su lupa mundos minerales diminutos, pero muy bellos, ocultos en piedras amorfas y feas. Tras compartir este mundo con los alaveses en una primera muestra, decidió continuar este trabajo y llevarlo a su oficio en una fundición. De ese mundo sucio de la siderurgia han nacido las 21 fotografías con las que este zuyano vuelve por segunda vez a la Torre de Doña Ochanda.
Las piedras que encontró en los paisajes volcánicos de Montaña Alavesa presiden hoy la escalera de la fortificación medieval y las que halló revisando altos hornos presidirán también desde hoy la segunda planta hasta julio. Bajo el título 'Naturaleza y artificio', Enrique Ortiz de Zárate ha maravillado este miércoles con su muestra a, entre otros invitados, la diputada foral de Cultura, Ana del Val, y al mismo Jesús Alonso. «Enrique se acerca a un mundo árido y feo, donde solo él es capaz de descubrir mundos enormes, estructuras inmensas, que está generando la naturaleza sin que nadie vaya a buscarlas. Lugares donde, lejos de tópicos, la naturaleza se abre camino», h apreciado el director.
«Cuando acercas la lupa a un mundo de estos la belleza te atrapa», ha confesado el fotógrafo. Ya sea en forma de pompas, con dendritas que parecen ramas de árboles, y con todo un sinfín de estructuras de lo más rocambolescas es con lo que Ortiz de Zárate compone sus paisajes fotográficos. Todas ellas formaciones naturales que el hierro o el cinc a distintas temperaturas forman por sí solas al simple contacto con el oxígeno del aire.
Dos años nada más y nada menos le costó a Enrique tan solo dar con su primera instantánea. «En una fundición lo primero en lo que te fijas es el hierro. Al principio, no sabes dónde buscar. Allí todo está fundido y, cuando se solidifica, o tiene forma amorfa o de pieza terminada», ha desrito el autor.
Y una vez encontrado el material no está todo hecho, sino más bien todo por hacer. Las fotografías de Ortiz de Zárate llevan un inmenso trabajo para reproducir esos paisajes compuestos por decenas de instantáneas pasadas por su lupa y compuestas en un proceso informático conocido como 'apilado'. «Con estos aumentos no hay profundidad de campo, por eso, hago una secuencia de planos y con el ordenador se hace el proceso de apilado y compongo el paisaje que aprecio en lupa», ha explicado.
Una serie de técnicas que empezó a desarrollar hace dos décadas y que impresionaron gratamente a la diputada de Cultura. «Esta exposición nos reafirma en el concepto contemporáneo de la naturaleza, poniendo de manifiesto que esta lo impregna todo y fluye en un ambiente artificial extremo como son los hornos de la industria metalúrgica. Una naturaleza capaz de entregarnos, entre toneladas de escoria, destellos de una belleza mineral casi inadvertida», ha subrayado Del Val.
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