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«Es increíble la cantidad de gente que viene. Muchas veces, entran en la fincas, tiran basuras y electrodomésticos. Nos ha dejado de todo. Por eso , vamos a regularlo». Jagoba Sagardui es miembro de la Junta Administrativa de Nanclares y junto a las de Montevite ... y Ollávare se disponen a aprobar una ordenanza que regule el acceso a la Sierra de Badaia en sus localidades, para evitar que los visitantes, que cada vez acuden en mayor número, arrasen con la riqueza natural del monte.
La ordenanza que ya se ha aprobado inicialmente, podría estar en vigor en la próxima primavera y «se va a regular como cualquier otro coto de setas, pero se hará extensiva a otros productos como endrinas, madroños, plantas, flores y frutos silvestres que se obtienen del monten», asegura Sagarduy. Algunas especies como cantarelus o níscalos, se ven sometidas a una enorme presión «porque hay personas que vienen a diario y recogen todo lo que encentran, incluso para sacar un rendimiento económico». Para limitar esa posibilidad, la nueva ordenanza limitará a dos kilos por persona la cantidad de hongos que se podrán recoger en una jornada.
Las reglas se aplicarán durante la temporada de manera que quienes deseen acceder al monte para recoger setas, tengan que obtener antes un permiso a través de una página web que activará la Junta Administrativa de Ollávare. Cada día se expedirán entre 25 y 35 permisos «a diez euros por día para las personas de fuera y la misma cantidad por toda la temporada para los residentes en la zona», explicó Sagardui.
La ordenanza regula también los lugares donde se podrán aparcar los coches, que estarán «en Zaballa, Fuenteverana cerca de La Puebla y La Balsa porque nos estamos encontramos con días en los que hay más de cuarenta coches en la zona de la cárcel, una cantidad parecida en el área de Expal y si 30 en la Balsa».
Los coches y los permisos se controlarán a través de los guardas del coto de caza Vallegrande de manera que el paso de todo-terrenos quede limitado a las zonas de aparcamiento y a las personas que cuenten con permiso de recogida.
Con estas medidas, los tres pueblos intentan conservar la riqueza natural y paisajística del monte, regular la entrada de vehículos en las zonas acotadas de manera que no se produzcan daños por el acceso incontrolado y «gestionar lo que sale del monte».
Las Juntas Administrativas de Nanclares, Montevite y Ollávarre se suman a las de San Vicente de Arana, Róitegui, Laminoria, Onraita, Korres, Azazeta, Vírgala Mayor, Apellániz, Anda, Egino, Ilarduia, Albéniz, Ametzaga y los ayuntamientos de Campezo, Kuartango, Asparrena y San Millán que han desarrollado esta normativa al amparo de un reglamento aprobado por la Diputación alavesa.
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