Los naipes de Fournier que brillaron hace un siglo en Sevilla y Barcelona

Las barajas que se presentan pertenecen a la época posterior al fallecimiento de Heraclio Fournier. En ese tiempo, la fábrica de naipes vitoriana aprovechó la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) y la Exposición Internacional de Barcelona (1930) para darse a conocer a nivel nacional e internacional «por la afluencia de otros países en estos lugares», ha explicado Edurne Martín, responsable del museo, que ha estado acompañada en la presentación por Inmaculada Sánchez, directora foral de Cultura.

En ambas sedes pudieron lucirse las novedades técnicas que empezaban a incorporarse en los procesos de impresión, «que permitían dotar de más color y calidad a las cartas». Esto puede apreciarse en la 'Baraja Iberoamericana'. De igual modo, es palpable la preocupación de Fournier por el diseño, ya que encargó a artistas la elaboración de sus dibujos para «dotar de una decoración atractiva» sus productos.

Esas ferias «sirvieron para mostrar el desarrollo tecnológico y los recursos económicos y turísticos de Álava». En este sentido, los pabellones se decoraron con lo más representativo del arte alavés del momento. Había esculturas, escudos y algunas maquetas que reproducían relieves de Estíbaliz y Armentia, así como del sepulcro de los Ayala de Quejana. Se exhibieron pinturas con los retratos del General Álava, de Benigno Mateo de Moraza; cuadros con las fachas del Palacio de la Diputación y paisajes de Mauro Ortiz de Urbina.