Las múltiples aristas de Juncal Ballestín, en un libro editado por el museo Artium

En 2021 se inauguró una muestra que recogía la mayor parte de sus trabajos más icónicos tras un minucioso trabajo de restauración, el año pasado la plaza frente al acceso al museo desde la calle Francia se bautizó con su nombre, Juncal Ballestín, y con motivo del último Día Internacional de la Mujer, el museo Artium instaló tres obras de la artistas en la entreplanta. Esa sucesión de muestras, con la reivindicación de la artista, se ha producido gracias a la colaboración con la Fundación Anesvad, que donó a Artium Museoa gran parte de su legado. Ahora, el gran centro de arte contemporáneo del País Vasco reúne en un libro manuscritos, textos y una amplia documentación gráfica sobre sus trabajos en el diseño de joyas junto a Marta González, el diseño gráfico, el espacio escénico y proyectos para obra pública.

Esta publicación recorre el fondo documental de Ballestín (Vitoria, 1953-2015) y aporta luz sobre aspectos de su trabajo más allá de su producción artística. El artista y galerista Fernando Illana ha dirigido el proyecto editorial, en un volumen editado en euskera y castellano. Entre las firmas se encuentran amigos y expertos que han analizado su recorrido. El propio Fernando Illana; Enrique Martínez Goikoetxea, conservador de Artium Museoa, y Elena Roseras, responsable del Centro de Documentación y coordinadora de la publicación, han participado en esta obra que reproduce a modo de facsímil una selección textos de una artista que dejó una gran huella en el panorama vasco. Sara González de Aspuru, José Ángel Artetxe, Iñigo Sarriugarte o Daniel Castillejo, entre otros autores, también colaboran.

Este volumen da cuenta del vasto trabajo que realizó la artista más allá de los formatos expositivos. Diversas campaña feministas ('Por una sexualidad libre para la mujer'), diferentes carteles del Festival Internacional de Teatro de Vitoria o diseños para proyectos teatrales de colectivos como Denok o La Farándula son algunos ejemplos. «Muchas obras destacadas dentro de esta producción se guardaban, junto con bocetos, correspondencia, fotografías, carteles, recortes de prensa y otros documentos, perfectamente ordenadas y clasificadas, en su casa-estudio de Otazu», resalta el museo.