Las multas de tráfico se disparan un 17% en un año con Coronación y el centro a la cabeza

La extensión de los aparcamientos regulados de la OTA se erige en la principal causa de este incremento sancionador. El podio de factores que más 'castigan' a los conductores vitorianos se completa con los malos estacionamientos y el exceso de velocidad. Ocho de cada diez sanciones se debieron a alguna de estas tres razones. Por cierto, hay que empezar a tener en cuenta el radar de acceso a Aretxabaleta, que cazó a 3.488 conductores.

1 de junio. Ese día se activaron 3.300 nuevas plazas de OTA en Judimendi, Adurtza, San Cristóbal, Santiago y Arana. Y esto explica en gran medida que haya aumentado el número de 'recetas'. De 27.061 a 29.363, ya sea por no poner el obligatorio ticket o por exceder la hora abonada. La ciudad pasó a duplicar el número de las plazas azules, incorporando además dos coches con lector de matrículas que facilita las labores de vigilancia. De manera que las probabilidades de aumentar las multas crecieron, como finalmente ha pasado. Suponen el 42% del global de sanciones de 2023.

En esta radiografía resaltan sobre todo los barrios del centro. Especialmente Coronación, que vuelve a ser el que lidera este ranking del estacionamiento regulado (6.780 sanciones, el 23% del total), por delante de Judimendi (4.927, 16%) y Ensanche (3.975, 13,5%). En este punto, resulta curioso que en el histórico aparezcan multas en Zabalgana, Salburua o Sansomendi, donde no hay zona azul. Y ahora en el horizonte asoman otras 2.100 plazas tras otra nueva expansión planteada en Arana y el estreno en Santa Lucía, tal y como reclamaron los residentes.

Cada una de las multas que la Policía Local o los trabajadores de la OTA ponen a diario en Vitoria son clasificadas en alguna de las ocho tipologías existentes. La zona azul absorbe prácticamente la mitad de todas ellas. Muy por detrás se encuentran las de estacionamiento, por las que los conductores se enfrentan a multas de hasta 200 euros. Ya saben, dejar el coche en carga y descarga o en doble fila, obstaculizando la circulación. Una estampa familiar que el año pasado se repitió en 15.778 ocasiones. De ellos, dos de cada tres aceptaron su error y abonaron al momento el importe, lo cual reduce la cantidad a la mitad. Sin embargo, destacan otras 463 que decidieron recurrir la sanción al entender que no era justa.

El siguiente factor más sancionador más frecuente es el de la velocidad, aunque a distancia de los anteriores 11.253 a 12.868). A lo largo y ancho de Vitoria hay colocados once velocímetros, algunos en puntos definidos como 'Zonas 30'. Mendizorroza y Zabalgana (cada uno ronda los 2.300) lideran este ranking, seguidos de cerca por Arriaga-Lakua (1.448). En el caso de este último barrio, la puerta de entrada a la ciudad y con amplias calles en la zona industrial, destaca que más de un millar de las infracciones se deben al radar móvil. Desde la asociación vecinal señalan Portal de Arriaga, donde pidieron un pulsador en el paso de cebra.

El curso pasado supuso además el estreno del radar de acceso al concejo de Aretxabaleta. El sistema se activó en abril, después de un periodo pedagógico. En esos nueve meses el dispositivo -los afectados se quejan de que no está bien señalizado- fotografió a 3.488 conductores que tras bajar por el puerto de Vitoria atajaron por Aretxabaleta para seguir la marcha por Adurza. Precisamente ese continuo tráfico fue el que llevó a los residentes de este concejo a pedir en 2022 al Ayuntamiento la instalación de este dispositivo que solo exime a los autobuses y servicios de emergencia; ni los vecinos se salvan, deben acceder desde Iturritxu.

El goteo de sanciones tampoco cesa en el caso de los controles de alcoholemia y drogas. Las campañas especiales -por ejemplo, la de Navidad- o el ojo avisor de la Policía Local permitieron sancionar a 874 personas que iban al volante de un coche incumpliendo las normas de circulación. A esta extensa lista de sanciones hay que sumar otras 2.268 por incumplir las obligaciones como conductor, por ejemplo, llevar el cinturón puesto o no usar el móvil al volante. Y resulta sorprendente el alto número de multas (5.272) por incumplir las señalizaciones, como la que prohibe cambiar de sentido en la Avenida Gasteiz.

Todas estas 192 multas diarias de media se entienden en gran medida porque Vitoria es la capital vasca que más usa el coche. La bici o el transporte público -que pegó un tirón tras la expansión del tranvía y alcanzó los nueve millones de usuarios y los 16,5 millones en los urbanos- sigue sin adelantar al vehículo privado en la 'Green Capital'. Un dato. De los 14.000 trabajadores que acuden a diario al polígono industrial de Júndiz, el 77% lo hace en coche, ya sea solo o en compañía.

Por cierto, los ciclistas, patinetes y peatones tampoco se libran de las multas. Los primeros sumaron 860, la mitad de ellas por no respetar las obligaciones como llevar el casco, luces o timbre o las señales de tráfico o la prohibición de circular por las aceras. Los patineteros también acumulan sanciones por circular por áreas peatonales; cabe recordar que el Ayuntamiento modificó la norma para castigar este uso.

¿Y cómo ha arrancado 2024? Pues estos primeros compases -datos actualizados en 28 de febrero- no son muy halagüeños. La OTA ya suma un total de 6.749 multas, más de un centenar al día. Las relacionadas por aparcar mal ya han cruzado la barrera de las 2.000 y las de velocidad representan ya 1.252. Por cierto, el radar que controla el acceso a Aretxabaleta ya ha cazado a 367 conductores. No obstante, pese a este repunte, la ciudad sigue lejos del récord. Hay que retroceder en el registro municipal hasta 2012 para dar con el año con más castigos, con un total de 84.956. En cuanto al récord del radar es en 2017, con 22.081. La evolución demuestra que la ciudad no consigue redirigir el rumbo, con el radar de acceso a Aretxabaleta además entorpeciendo ese camino.