Se cumplió lo previsto y la socialista Maider Etxebarria será la primera alcaldesa de Vitoria-Gasteiz. La mesura característica de la ciudad se ha impuesto. Los extremos lo tienen difícil aquí y solo pueden gobernar si ganan por goleada, algo complicado. Hace ocho años lo ... hizo el popular Maroto, que casi llega a los diez ediles rebañando todos los votos posibles con una campaña tóxica que le sacó del centro tolerado. Entonces, de rebote, el único derrotado de la jornada acabó de alcalde. Ahora, con menos carambolas y maniobras, lo hace Etxebarria, desplazando a Vitero, la única que había ganado el pasado 28-M. A aquel PP y a este Bildu les cerraron las puertas su trayectoria y su radicalización. Pasó lo que pasó y pasa lo que pasa.
Publicidad
Pero este detalle sólo aclara la mecánica de elección de la principal edil; la gestión de los próximos cuatro años es otra cosa. La minoría de gobierno municipal obliga a PSE-PNV a manejar la geometría variable, muy dependiente de lo que ocurra el próximo 23 de julio (e incluso el año que viene, tras las elecciones vascas). El liderazgo local lleva resentido desde hace ya alguna década, con alcaldes supervivientes. La idea de ciudad o es sumatorio de cosas menores, cotidianas, o una repetición de la tripleta histórica: protección social, pluralismo político y sostenibilidad (e industria que la siga sustentando). No se conocen nuevas formulaciones por boca de la nueva alcaldesa (tampoco de sus hasta ayer competidoras). Habría que empezar a apostar por un hilo conductor que nos dé algún significado colectivo potente (y no valen las luces navideñas; está ocupada esa ocurrencia).
A partir de mañana se empezará a vislumbrar el reparto de cometidos. Parece que se concentra todo en súpercarteras que visibilicen la acción de cada socio de gobierno. Hay sobre la mesa algunos importantes problemas heredados que los dos partidos responsables de ellos debieran acometer ya, sin cien días de margen: agujeros negros del BEI y gestión de su área monopolizada, apuesta sin complejos por una Vitoria solo con los coches necesarios, atención a una demografía que gasta por las canas y que precisa de estímulos en los chupetes, suelo para acomodar equilibradamente vivienda, industria y espacio vital (que lo hay, y de sobra), y una ciudad menos ordenancista y cuadriculada, aunque no por ello agresiva con nadie ni despendolada.
La buena colaboración gobierno-oposición tampoco es la marca de una ciudad tan pluralista en su expresión como la nuestra. La paciencia, la ductilidad y el pragmatismo dicen que son virtudes asociadas a la mujer. Contar con una de ellas es una gran oportunidad. Igual que el hecho de que lo sea de izquierdas y con ideas claras al respecto de cuestiones amenazadas por el doctrinarismo o por su cuestionamiento: del feminismo a la lucha contra el machismo criminal, de la convicción sincera de que estamos poniendo en peligro el planeta a la defensa de la diversidad de las sociedades modernas (y del valor positivo del pluralismo que la ampara).
Publicidad
Muchos retos por delante, pero parece que ello no asusta a la nueva alcaldesa. Confiemos en que la dureza de la gestión diaria no resiente su entusiasmo. Lo vamos a necesitar todos.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.