Obituario

Muere Juan Carlos Aguillo, quien fue párroco de San Miguel y capellán de la Cofradía de la Virgen Blanca

Ha fallecido Juan Carlos Aguillo, quien fuera párroco durante más de dos décadas de San Miguel y capellán de la Cofradía de la Virgen Blanca. Ha muerto esta madrugada en el hospital Txagorritxu. Tenía 79 años. El popular sacerdote se 'jubiló' en 2023. La multitudinaria misa de la Aurora celebrada el pasado 5 de agosto fue su despedida oficial, en el día grande de las fiestas vitorianas. Unos festejos en los que él se caracterizaba por dirigir con maestría y mucho humor ceremonias sencillas, cálidas y divertidas para mayores y txikis. Así cerró su segunda etapa al frente del templo. La primera se prolongó durante tres lustros, entre los años 1990 y 2005; una vez finalizados los actos de conmemoración de las bodas de oro de la coronación de la Virgen Blanca.

Fue en 2017 cuando el actual obispo, Juan Carlos Elizalde, le recuperó para la emblemática iglesia que acoge, venera y custodia a la patrona de Vitoria. Una misión, que como reconoció en una entrevista concedida a EL CORREO en enero de 2019, le exigía «una barbaridad». «Siento que tengo la espoleta retardada. A uno le cuesta hacer las cosas el doble que antes, aunque la ilusión sea la misma. No ha bajado», reflexionó el cura.

Con energías renovadas asumió, por segunda vez, la sacristía de San Miguel, cuando ya se había cumplido medio siglo desde su ordenación. Aguillo, nacido en Vitoria el 30 de abril de 1945, encontró al llegar «las cosas cambiadas a como las dejé», deslizó entonces. Entre su salida y su retorno transcurrieron más de doce años. Un tiempo que dedicó, entre otras tareas, a la lectura de las ordenanzas de la Cofradía de la Virgen Blanca, redactadas en 2007 cuando él ya no estaba al frente de la parroquia más concurrida. Al dejar San Miguel se tomó un año sabático y marchó a estudiar a la Universidad de los Místicos, en Ávila, «un regalo tremendo», reconoció. A su vuelta a la icónica iglesia del centro de la capital alavesa se encontró con unos estatutos modernizados y una cofradía rejuvenecida, especialmente activa y muy presente en la sociedad local.

Juan Carlos Aguillo, sacerdote muy conocido y estimado entre los feligreses de la ciudad, fue uno de los curas ordenados en la Diócesis de Vitoria que cumplió sus bodas de oro en 2019. Cincuenta años de su compromiso con el sacerdocio que celebró con otros once compañeros en una eucaristía presidida por Juan Carlos Elizalde. Festejó así «toda una vida dedicada al servicio de la Iglesia, del Evangelio y de la sociedad», ha destacado este miércoles el Obispado. Una vocación religiosa que descubrió a los 17 años, edad en la que ingresó en el Seminario. Tras superar sus estudios teológicos, fue ordenado sacerdote el 13 de julio de 1969 con 24 años por monseñor Francisco Peralta. Su primer destino fue como colaborador de la Catedral de María Inmaculada, consagrada concatedral de la capital alavesa meses atrás. «En 1974 se le encomendó ser formador en el Seminario hasta 1982, asistiendo a muchos seminaristas en su camino vocacional, compaginándolo además como profesor de Humanidades en esa institución educativa», ha detallado la Diócesis.

En 1982 fue Aguillo quien inició una de las parroquias más populares del barrio de Adurza, la del Sagrado Corazón. Allí permaneció cinco años en su periodo inicial, «ayudando a dar vida a muchos grupos –catequesis, jóvenes, adultos, tiempo libre- algunos de los cuales han permanecido hasta hoy. A la par fue nombrado director del área de vocaciones sacerdotales en la Diócesis», se recuerda desde el Obispado de Vitoria.

Fue en 1991 cuando comenzó un nuevo ciclo en la parroquia de San Miguel Arcángel y, un año después, fue nombrado capellán de la Cofradía de la Virgen Blanca y cesó como responsable de la pastoral vocacional diocesana para dedicarse íntegramente a la intensa actividad parroquial propia de este céntrico templo. Allí permaneció hasta 2004, año en que se trasladó a Ávila para ampliar sus estudios. Se especializó en Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz en la Universidad de los Carmelitas Descalzos de la capital abulense. Un año después retornó a Vitoria y el entonces Obispo Asurmendi le encargó la parroquia de San Andrés, ubicada junto al HUA Txagorritxu. En 2014 se hizo cargo de la atención espiritual de la residencia de las Hermanas Mercedarias, en el barrio de Zaramaga y tres años después asumió la delegación de Salud de la Diócesis de Vitoria, atendiendo en los hospitales del territorio histórico, así como en residencias de ancianos.

El actual obispo, Juan Carlos Elizalde, le devolvió en 2017 a la que consideró su casa durante más de quince años. Así fue nombrado párroco de San Miguel y capellán de la Cofradía de la Virgen Blanca; una tarea que ocupó hasta el verano de 2023, «fecha en la que se jubiló por edad de toda actividad pastoral activa». Pero «su brillante cabeza y sus ganas de servicio no cesaron», agrega el Obispado, institución que le nombró director de una de las dos residencias de sacerdotes, la dedicada a los más mayores, donde él mismo residía desde hace algo más de un año.

Su funeral será este jueves, a las 19.30 horas, en la parroquia de San Miguel. Estará presidido por el Obispo de Vitoria y concelebrado por decenas de sacerdotes. Juan Carlos Elizalde le ha recordado este miércoles al inicio de las conferencias por las jornadas sacerdotales que se están celebrando en el Seminario y que culminarán mañana con la celebración de las bodas de plata y oro de catorce sacerdotes alaveses. «Hoy encomendamos a nuestro hermano Juan Carlos quien ha sido llamado por el Señor, al que tanto hemos querido y tanto ha servido a esta nuestra Diócesis», ha recalcado.

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