«Sin el movimiento Me Too seguramente no hubiera escrito una novela así»

Aunque la mayor parte de la novela transcurre en una peluquería, Vietnam, Hoolywood o China ambientan este recorrido por diferentes locales donde hacerse la pedicura. En el proceso de documentación, la autora pidió un permiso de cuatro meses en su trabajo para estudiar «la diáspora china». «Fui a las provincias de las que vienen prácticamente todos nuestros vecinos chinos de Europa, Qingtia y Zhejiang», cuenta. A través del personaje de una documentalista que acaba haciendo buenas migas con Wenling, carga tintas contra el oficio. «Los periodistas somos los que más responsabilidad tenemos en dejar de dar cuerda a los estereotipos. Nos creemos inmunizados y concienciados, pero no es así».

- 'Donde Wenling' transcurre en un salón de belleza. Pero ha contado en alguna ocasión que antes de ser una novela, comenzó como una serie de relatos sueltos...

- Más que en base a relatos fue cogiendo forma a retazos. Después de la primera novela, 'Argelagues', que era la historia de mis abuelas y gente de toda Cataluña en la posguerra, me ha salido esta segunda con mucho esfuerzo. Saliendo de mi zona de confort, como decimos contemporáneamente. En estos sitios de manicura que han proliferado veía una paradoja entre la cercanía y la proximidad de este intercambio comercial y la falta de empatía de la clientela. No lo veía solo en Cataluña, sino también cuando viajaba. ¿Qué ocurre para que en una cosa próxima y actividad que te procura bienestar no tengas la dignidad de saludar y preguntar cómo te llamas? Me hacía esa pregunta. Luego te das cuenta de que es porque quienes regentan estos negocios son personas jóvenes, encima racializadas y hacen un trabajo feminizado sin prestigio social… En esta falta de empatía tienen que ver el racismo, el machismo y el clasismo. A partir de esta tesis, los retales novelados que iba cosechando de estos sitios, más mucho estudio.

- En la novela, un personaje se pregunta continuamente cómo es posible compartir vecindad con alguien nacido a miles de kilómetros y no ser capaz de preguntarle qué tal. ¿Esto se explica por un tema de racismo?

- Se explica por el racismo, nos pensamos que solo son racistas los polis blancos que matan a un chico negro que saca un móvil del bolsillo. Pero todos sabemos de gente en nuestro barrio que no tiene las mismas raíces. Si nos fijamos un poco, no damos una acogida como se merece la gente. En Cataluña, por ejemplo, tenemos la etiqueta de tierra de acogida y nos creemos los más cosmopolitas y abiertos, hay una manifestación a favor de los de refugiados y convoca a medio millón de personas.. pero después en el día a día hay una exclusión con propietarios que no alquilan pisos dependiendo del aspecto físico que tiene la persona que lo pide. Además, hay un racismo institucional y una Ley de Extranjería sumamente racista.

- La novela cuenta cómo se gesta una amistad entre Wenling y una documentalista catalana. Pero también hay un discurso feminista con una mención a Simone de Beauvoir en el primer capítulo. ¿Los salones de belleza son espacios en los que hay mayor confianza entre mujeres?

- Salió sin buscarlo. Pero es verdad que estos espacios donde una puede descargarse y buscar la complicidad son reparadores. Sí que he sentido esa comprensión porque aunque no cambies el mundo, te sientes apoyada. Sin un Me Too no hubiera escrito una novela así, soy producto de mi tiempo. Hay muchos escritores que se otorgan el poder de estar exentos del mundo y crean por crear. Creo que todos tenemos unos referentes y un 'background'. El Me Too es algo que se rompe de silencios, hegemonías, y resuena en este libro.