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La coreógrafa y bailarina Blanca Li (Granada, 1964) tiene la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes en España y la insignia francesa de La Legión de Honor, la máxima distinción del país vecino, donde reside desde hace más de veinte años. Su maestría en la danza contemporánea se compagina con otra faceta mucho más desconocida que tiene que ver con la movida madrileña. Tras formarse en la escuela de baile de Martha Graham en Nueva York, Blanca Li se estableció en Madrid, donde abrió en los ochenta el bar El Calentito. Paco Clavel, Alaska o Almodóvar eran algunos de los que paraban allí en las agitadas noches de la capital.
«En El Calentito teníamos un pequeño escenario donde hacíamos de todo. Allí empecé a hacer un show con Paquito Clavel, hacía de gogó en sus shows, bailaba flamenco y también se cantaban boleros. Se trataba de estar con muchos artistas y era un mundo espontáneo», señala acerca de aquellas madrugadas alocadas que ahora pretende recuperar con 'Las fiestas de Blanca Li', nombre que toman los eventos que ella misma protagoniza en los que se resucita aquel ambiente. Llega a la sala Kubik en la noche de este viernes con motivo del FesTVal (00.00 horas, entrada a 15 euros).
Vitoria se convierte así en la tercera ciudad que acoge este cabaré que cuenta con música en vivo, improvisación y muchas lentejuelas. Lo hace tras pasar durante abril y mayo por la Sala Morocco de Madrid y el restaurante Maxim's de París. Como resume la propia artista, «en realidad no es más que una fiesta» que se aleja de ese cuidado milimétrico que mantiene para preparar una puesta en escena en la ópera o en un gran teatro. La frase inicial del show dice: «¡Somos el peor cabaré del mundo!».
«Siempre he tenido esa doble vida porque necesitaba desfogarme de vez en cuando», confiesa sonriente diferenciando la faceta más profesional -ha realizado coreografías de videoclips para Beyoncé, tiene un premio MAX por el montaje 'Poeta en Nueva York'...- y estas juergas nocturnas. «Vamos a Vitoria porque tengo un montón de amigos allí que hace tiempo que no veo y una fiesta siempre es una buena excusa para ver a amigos, pasarlo bien e irme encontrando con artistas nuevos y juntarlos, mezclar a todo el mundo, edades y energías», cuenta Blanca Li.
Entre esos viejos conocidos de la capital alavesa se encuentra la teclista Silvia San Miguel, que también formó parte del grupo Xoxonnes, una de las primeras bandas de rap españolas compuesta exclusivamente por mujeres. «Me acuerdo que cuando llegué a Madrid desde Nueva York diciendo que éramos un grupo de rapers, todos nos preguntaban qué era eso».
A todas esas experiencias sigue exprimiendo su jugo. «Para mí más que hacer cabaré es hacer el gamberro, divertirme y que todo el mundo se lo pase bien conmigo». ¿Ese ambiente se respiraba en la movida? «Había una gran libertad y todo el mundo se disfrazaba, había mucha espontaneidad y estas fiestas son así también».
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