Montículos de dos metros para evitar las riadas del Zadorra

Tal y como ya se hizo antes entre Abetxuko y el polígono industrial de Gamarra, se crearán unas motas o montículos de terreno en áreas críticas de los márgenes del río para evitar que el agua anegue casas, empresas y la pista de balizas del aeródromo vitoriano. La defensa contra inundaciones más larga, de 1,4 kilómetros de longitud y una altura máxima de casi 2,5 metros, se levantará al paso del Zadorra por el núcleo urbano de Asteguieta.

Allí está además contemplada otra actuación complementaria sobre el arroyo Zuatzu. Ahora ese pequeño afluente, explica URA en la memoria del proyecto, al llegar a la carretera A-3302 que atraviesa el pueblo es «interceptado· e introducido en la red de pluviales del pueblo, de manera que está entubado hasta su salida en la descarga al río Zadorra. En época de lluvias y deshielo el agua sobrante del riachuelo no tiene más sitio por el que salir que las arquetas y sumideros de la zona poblada de Asteguieta. Es decir, agrava más los efectos de las crecidas aguas abajo del río más grande. Así, los técnicos de URA plantean volver a sacar el arroyo a cielo abierto durante 333 metros y conectarlo con el brazo del meandro que se recuperó tras el antiguo hipermercado. Todo ello irá acompañado de siembras y plantaciones con vegetación autóctona de ribera para favorecer la integración paisajística.

La mota prevista en el sur del aeropuerto de Foronda y que evitará que se inunde la zona de balizas y por tanto que haya riesgos en una infraestructura considerada «crítica» medirá 840 metros y tendrá una altura máxima de 2,59 metros. Se levantará frente al tramo final de la pista del aeródromo. Durante los trabajos de construcción de esta defensa se verán afectados varios viales internos «por lo que se realizará un ajuste a fin de adecuar las rasantes y mantener la operatividad».

Y la actuación en Crispijana, pueblo que limita al norte con el Zadorra y el Anillo Verde, se centrará en proteger las viviendas situadas al norte de las vías del tren. El montículo allí se extenderá unos 300 metros y no subirá más de 1,3 metros.

En esta fase no están contempladas intervenciones sobre los puentes, como ocurrió en Abetxuko, y eso que el viaducto sobre la carretera A-3602 en Gobierno, que conserva dos arcadas originales del siglo XV, no ayuda mucho al desagüe de las avenidas, como indican los técnicos en la memoria.

Los interesados disponen hasta marzo para presentar las alegaciones a un proyecto presupuestado en 7,2 millones de euros con el IVA incluido. De manera paralela, el Ayuntamiento de Vitoria debe hacerse cargo de la expropiación de unos 35.000 metros cuadrados de terrenos necesarios para acometer las motas. Cuando esté todo listo se sacarán a concurso los trabajos cuyo plazo de ejecución es de 20 meses. Una vez ejecutada la obra el periodo de retorno de inundaciones en la zona será de 100 años, es decir, que la probabilidad de una gran crecida se reducirá de manera considerable ya que ahora es de tan sólo 10 años.

Quedará pendiente no obstante la parte más delicada y crucial del plan antirriadas, la fase III que evitará las inundaciones en Yurre y Abetxuko y es la que afecta a la carretera N-622 de salida a Bilbao ya que requiere derribar un viaducto. El Ministerio de Transición Ecológica (a través de la empresa estatal Acuaes) ha asumido la ejecución de esta fase. El coste asciende a 15 millones de euros de los que Acuaes ha anunciado que financiará un 50% y el resto lo aportarán el Gobierno vasco, la Diputación y el Ayuntamiento de Vitoria. Otro escollo pendiente es definir la solución para el tráfico en la salida a Bilbao, «punto negro» que debe resolver la Diputación que es la que tiene la competencia sobre la red viaria principal.