20 minutos, cuatro salas del Centro Cultural Montehermoso y algunas sillas bastan para disfrutar de un festival de artes escénicas creado por y para los que las interpretan. Tras abandonar el Mercado Gorbea a causa de la pandemia el año pasado, 150 gramos volvió ayer ... a Montehermoso con las mismas ganas de compartir teatro y performances en un formato cercano. El aforo máximo es de 40 personas y las funciones, para las que aún quedan algunas entradas, continuarán hoy y mañana entre las 17.30 y las 20.45.
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«Soy fan de Pez Limbo, organizadores, y me atrajo el formato de 150 gramos. Me permite recordar de dónde vengo», explica la navarra Beatriz Churruca, una de las artistas que ayer contribuyó a que la primera jornada del festival fuese un éxito. Deleitó al público y se ahorró la visita al gimnasio al mismo tiempo, ya que no paró de correr durante los cuatro pases de 15 minutos de la pieza 'Hago carrera'. Un retrato crudo de cómo el perfeccionismo y la falta de límites en el trabajo terminan desgastando a las personas hasta el punto de olvidar quienes son. «Es una pieza muy autobiográfica, quienes trabajan en el mundo de la cultura podrán sentirse identificados», afirma.
En la sala Betolaza, Eñaut Gorbea y Jason Guerra, de Zurrunka Teatro y Kolectivo Monstrenko, se daban de bruces con la realidad de la burocracia en 'Ctrl Alt Supr'. «Nos hemos inspirado en el laberinto digital en el que nos están metiendo para hacer cualquier gestión. ¿Y qué pasa si no quiero tener móvil?», se plantean estos vitorianos. Clientes y ciudadanos desconcertados reclaman la asistencia de una persona para encontrarse con una cita telefónica o un apartado de preguntas frecuentes. «¿Código?», pregunta uno. «Certificado. Tenga un poco de paciencia», responde otro con hastío.
El público puede disfrutar de una de las piezas, que cambian cada día, por 4 euros o adquirir un abono que le permite acceder a las cuatro propuestas de la tarde por 12. Maialen aprovechó para acercar a su amigo Julen y darle a conocer el festival al tiempo que asistían a 'Laboratorios Dorian' de Cuatro Ojos. La obra no estaba anunciada, pero fue una incorporación de última hora ante un positivo Covid en el entorno de Goitibera.
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«Era súper bonito asistir a 150 gramos cuando se desarrollaba en el mercado entre la carnicería, la pescadería y la frutería, pero tenemos que seguir apoyando la cultura», aseguraba Maialen. Los barceloneses Mutuo, que representaron su segunda obra, '#Lovewins', sueñan con poder desarrollarla en una cafetería algún día. «Ahora es complicado con las restricciones, pero estamos encantados de haber podido venir a Vitoria», agradecen Joel Mesa y Carlos Roncero. La organización recibió 205 candidaturas, la suya fue una de las escogidas y ayer estos bailarines profesionales representaron una pieza muy íntima en el Depósito de Aguas. No hicieron falta palabras para expresar todo lo que pasa por dentro durante un flechazo o en la primera cita. «Preferimos actuar en distancias cortas, nos proporciona más intimidad que un teatro», asegura este dúo que empezó a trabajar en compañía hace dos años. Mientras una obra se desarrolla, en el pasillo resuenan los aplausos del grupo que ha asistido a la performance anterior. Señal inequívoca de que lo pasan bien.
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