Suspenden la pena de cárcel a Miren Larrion, que hará 250 días de trabajos comunitarios

Aparte de esta labor de concienciación, para la que aún no le han informado de plazos ni de ocupación concreta, Larrion no podrá volver a delinquir en el espacio de cuatro años. Hacerlo supondría romper este acuerdo. Esa suspensión también quedaría sin efecto si en ese espacio de cuatro años, la exconcejal no completara las 250 jornadas asignadas. Se le ha establecido asimismo un calendario de pagos de los 2.835 euros de multa, que no podrán superar los 150 euros al mes. Esta misma semana, la que fuera líder de la oposición municipal acudirá al Palacio de Justicia a oficializar esta resolución, a la que ha tenido acceso EL CORREO y que consta de cuatro folios.

Larrion también ha reintegrado los 50 euros que hurtó a su compañera de partido cuando le robó el bolso, con la cartera y la documentación, en la sede de EH Bildu en la vitoriana plaza de Santa Bárbara. A partir de ahí abrió una cuenta corriente con su nombre, contrató una línea telefónica, un e-mail y una cuenta de correos. Sólo le dio tiempo a ingresar 300 euros en el banco ya que la Ertzaintza, alertada por la suplantada, fue interceptada tras una de sus primeras visitas a la entidad de ahorros. La víctima supo entonces que la persona que estaba utilizando sus datos -el banco le envió a su casa una tarjeta para operar con la nueva cuenta- era su propia jefa.

Este altercado le costó a Larrion su prometedora carrera política y le abrió un frente judicial, cerrado el pasado viernes con este auto del juez Ramos. En mayo aceptó un trato y se declaró responsable de «un delito continuado de falsedad en documento público, usurpación de estado civil y un hurto leve». Antes de sellar su pacto, el Ministerio Público le pedía un global de 4 años y 9 meses de prisión, que hubieran implicado su ingreso en Zaballa.

Aunque la expolítica, que llegó a sonar como futura sustituta de Arnaldo Otegi, siempre ha ligado esta actuación ilícita a un «problema mental», ni la sentencia lo recogió como eximente ni los expertos forenses del Palacio de Justicia de Vitoria así lo apreciaron. El fallo sólo incluye como atenuante -figura legal habitual en este tipo de acuerdos- la conclusión médica. Y ésta señala que Larrion «presentaba en el momento de los hechos un trastorno de estrés agudo y trastorno de ansiedad generalizada que afectaba a sus facultades volitivas, si bien mantenía el sentido de la realidad conservado». Es decir, que sabía la diferencia entre lo que estaba bien y mal.