Parte del cartel que anuncia los actos de homenaje a Domingo de Amézaga. E. C.

Zamora rendirá homenaje al primer miñón fallecido en acto de servicio

Los uniformados forales de Álava acudirán a la localidad de Fuentesaúco para recordar a Domingo de Amézaga, que murió de un balazo en 1800

Domingo, 12 de mayo 2024, 01:10

Hace más de 200 años murió en acto de servicio el primer miñón alavés de la historia. Sucedió el 12 de junio de 1800 en el pueblo de Fuentesaúco (Zamora) por un cúmulo de circunstancias. Desde entonces, el cuerpo del vitoriano Domingo de Amézaga, que ... así se llamaba, reposa en la sepultura número doce de la iglesia de este lugar. Una vez conocida su historia, gracias al libro del investigador y miñón en activo Jorge Cabanellas, el ayuntamiento de esta localidad zamorana y el Cuerpo de Miñones le rendirán un homenaje durante la celebración de las próximas fiestas patronales.

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Será el lunes 20 de mayo cuando los uniformados forales vuelvan a las calles de Fuentesaúco, 224 años después de que en 1800 fueran reclamados para tratar de poner fin a una banda de salteadores de caminos que atemorizaban a vecinos y viajeros de las provincias de Zamora, Salamanca y Valladolid. Al contrario que hace dos siglos, cuando siete agentes acudieron a caballo, esta vez irán en autobús y vestidos de gala, acompañados de una larga comitiva formada por la directora de Seguridad de la Diputación, el jefe de Miñones y varias decenas de agentes en activo y jubilados que portarán trajes actuales y de distintas épocas. Varios txistularis enviados por la asociación de Miñones jubilados pondrán la melodía del 'Agur Jauna' a este acto conjunto de homenaje en Fuentesaúco.

Entre los integrantes del piquete estará presente, con su traje de gala, Jorge Cabanellas, autor de 'Historia de los Miñones de Álava', libro en el que desvela, entre otros descubrimientos, la historia de Domingo de Amézaga y el lugar en el que está sepultado. «Es una pena que no hayamos podido localizar a ningún familiar directo para que pueda acudir al acto», lamenta Cabanellas que cuenta con un sinfín de datos de este agente que falleció tras ser herido en una encerrona cuando sumaba «45 años, estaba casado y tenía dos hijas y un niño». Aún así augura que «se presenta un día bonito, ya que va a haber varios actos, nos reciben en el ayuntamiento, luego vamos a comer, habrá un intercambio de regalos y productos alaveses, un acto en la iglesia y una procesión», enumera.

El Consistorio de Fuentesaúco, por su parte, ha confirmado a este periódico que para homenajear al agente alavés habrá una recepción institucional por parte del alcalde, José María Ramos, el lunes 20 de mayo a las 17.00 horas. A las 17.30 horas tendrá lugar el homenaje a Amézaga en la iglesia de Santa María de la localidad, en la sepultura donde se encuentran los restos de este miñón. Será en ese lugar donde las autoridades desplazadas desde Álava y el alcalde de la localidad zamorana darán un breve discurso y realizarán una ofrenda floral, tras el cual, la comitiva alavesa y los integrantes del Cuerpo de Miñones tomarán parte en la procesión de la patrona Virgen de la Antigua.

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Disparo mortal

Según indica Cabanellas, la razón de la presencia y muerte de este alavés en Zamora la tuvieron 'El Chafandín', Manuel Fernández 'El Pollo' y 'El Periquillo', integrantes de una peligrosa banda de salteadores. El 6 de mayo de 1800, un juez de Valladolid solicitó a la Diputación de Álava la presencia en Zamora de los forales para acabar con esta banda, ya que en el lugar no había más policía que un grupo de milicianos, que además estaban sobornados por los bandoleros.

A los pocos días, viajaron a caballo Domingo de Amézaga, Juan de Pinedo, Pedro de San Martín, Ylario Alonso de Víllodas, Clemente Uriarte, Mauricio Figueras, Bentura Domínguez y el comandante Marcos de Gochicoa, y el 23 de mayo ya detuvieron a dos malhechores.

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El 12 de junio, la patrulla pasó la noche en el mesón de Fuentesaúco, donde fueron rodeados por la milicia local. Una llamada a la puerta y el sonido de alguien corriendo alertó a los Miñones, por lo que Amézaga se asomó por la ventana, instante preciso en el que recibió un balazo en la cabeza. Fue trasladado al hospital de la localidad, pero el cirujano no pudo hacer nada por salvar su vida. El párroco sólo logró saber que «estaba casado en la ciudad de Vitoria y que tenía dos hijas y un niño», explica Cabanellas autor de la investigación.

«Se le podía haber enterrado en la capilla del hospital, pero los alcaldes del pueblo determinaron que recibiera sepultura en la iglesia 'con toda la pompa posible'. Y así fue, el funeral, digno de un noble, fue oficiado por once sacerdotes, dos religiosos y la Cofradía de la Cruz. El pueblo entero de Fuentesaúco asistió al sepelio para rendir honores al honrado policía que les había ayudado frente a los corruptos y malhechores».

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Por su parte, el resto de miñones «fueron apaleados y detenidos a pesar de que mostraron sus credenciales. Con grilletes en pies y manos fueron trasladarlos a la cárcel de Zamora», mientras los vecinos de Fuentesaúco no daban crédito a lo que veían. Los corruptos milicianos estaban capturando al único grupo de policías que les había ido a socorrer.

Soborno a un carcelero

Sin embargo, el Comandante de los Miñones pudo sobornar a un carcelero para que llevara una carta al Canciller de Valladolid para que comunicase al Rey Carlos IV el atropello cometido con los alaveses. El Rey envío una comitiva a Zamora que liberó inmediatamente a los miñones.

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Fotografía, grabado y litografía de miñones del siglo XIX. J. C.

Dotaron a los miñones de caballos y material y continuaron detrás de los bandoleros. La Diputación Alavesa envió otros miñones, en esta ocasión solteros, para que no dejasen viudas en caso de fallecer, explica. El grupo de miñones retomó la persecución de los bandoleros y tras varios tiroteos en los que cayeron algunos de los delincuentes, los salteadores, sabedores del acoso de los policías, huyeron a lugares donde sabían que podían recibir auxilio.

Después de unos meses de misión, los alaveses volvieron a su tierra dejando en la zona buenos recuerdos y el legado de un compañero que pasaría al más absoluto anonimato, hasta que Cabanellas investigó su historia y se ha organizado el homenaje del lunes 20 de mayo.

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