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Producir abonos a partir de lombrices. Ese el llamativo proyecto que se ha propuesto hacer en el parque tecnológico de Vitoria la empresa vizcaína Bio Vermicompost. El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) publicó ayer el comienzo de los trámites burocráticos de esta compañía para ... instalar en Miñano una instalación de «vermicompostaje».
Detrás de ese complejo nombre se esconde un proceso mucho más sencillo. Su promotor, Fernando Gutiérrez, explica que la idea de la empresa es instalar varias cajas con lombrices. A estos animales se les alimentará con residuos de la industria agroalimentaria como «corazones de lechuga o peladuras de patata» compostados con otros restos orgánicos como restos de poda. Los animales 'reciclan' esos desechos a través de su tracto intestinal y producen un estiércol natural rico en nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio.
El resultado es «una tierra negra con olor a bosque», un cóctel perfecto para el desarrollo de las plantas que ya desarrollaban los egipcios hace 10.000 años. El modelo de negocio ya ha sido testeado en un colegio de Zamudio y ahora el objetivo es pasar esa producción de abono a una escala industrial.
La iniciativa, adelantada por EL CORREO en 2023, tenía previsto instalarse en Júndiz, pero finalmente se ubicará en el parque tecnológico. Allí la empresa ocupará una parcela de casi 6.800 metros cuadrados. En ella levantará un laboratorio de 2.000 metros cuadrados de naves, 800 de zonas de compostaje, un aparcamiento y un pequeño laboratorio de 75 metros cuadrados. La firma será vecina de empresas como Nitrogas o Del Valle Aguayo y se ubicará detrás del edificio central del parque tecnológico, en la calle Ferdinand Zeppelin.
La previsión con la que trabaja la empresa es que las obras comiencen «en el primer trimestre de 2025» y se extiendan «seis meses». A partir de ahí se podría empezar a producir abonos, algo para lo que la firma espera contratar a cuatro o cinco personas. En conversación con este periódico, Gutiérrez insiste en desmarcar este proyecto de los malos olores que muchas empresas dedicadas al reciclaje generan ya que en su caso «no se usarán residuos urbanos».
El proyecto cuenta con financiación de los fondos europeos y también ha obtenido subvenciones del Gobierno vasco. Además tiene el respaldo de Paturpat, lacooperativa de Udapa dedicada al procesamiento industrial de sus patatas. La empresa se ha servido de las deducciones fiscales por inversión en I+D para apoyar al proyecto de las lombrices. Además, aprovisionará a la planta de vermicompostaje con sus residuos -ahí es donde entran en juego esas peladuras de patata- y Udapa se podrá aprovechar de los abonos producidos en Miñano en sus cultivos de tubérculos.
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