1,8 millones de coches podrán usar en verano la N-1 para evitar los atascos en Armiñón

Pese a que las cabinas de peaje pasaron a la historia hace meses, el enlace entre la AP-1 y la A-1 sigue señalado como uno de los cuatro puntos negros de la red viaria vasca, entre los que aparece el enlace de Etxebarri-Ibiña. Por eso, el Ejecutivo autonómico ha procedido a retirar las lonas que cubrían la señal que invita a los conductores a usar la vieja Nacional. Un recorrido prácticamente paralelo a la autovía que 'nace' a la altura de La Puebla de Arganzón y se reincorpora a la moderna autopista antes de los peajes inutilizados de Armiñón. En todo caso, con este plan coordinado con el cuerpo de Miñones no se entrará en las áreas urbanas del Condado de Treviño.

Muchos habituales de esta vía ya utilizaban esta escapatoria cuando percibían tráfico denso, pero el Departamento que dirige Sonia Díaz de Corcuera quiere abrirle la puerta a todos los demás, ya que el número de coches aumenta de forma constante. En comparación con el año pasado se observa un incremento del 2,5% y éste no se puede justificar por la liberalización de la AP-1, ya que en el último lustro -la mayoría de pago obligado- ha sumado cerca de 200.000 vehículos en tránsito internacional.

El pasado verano se saldó en Álava con 265 accidentes, cuatro más que en 2017. La mayoría acabaron sin heridos, pero se registró un importante aumento de aquellos en los que tuvieron que intervenir los medios sanitarios y es que en total hubo 93, un 66,1% más que el ejercicio anterior. La situación resulta alarmante ya que si bien en Gipuzkoa y Bizkaia hubo incrementos, estos no fueron tan importantes. Además, hubo que lamentar la muerte de dos personas en la red alavesa y 151 heridos (19 graves y el resto de carácter leve).

Ampliar

Los conductores verán que las obras para desdoblar el 'nudo' de Armiñón en sentido a Vitoria no avanzarán en el próximo mes, pero el objetivo es evitar que se generen más problemas de tráfico en la 'operación salida' y retomarlas cuando vuelva la normalidad a las carreteras. Unos trabajos que no estarán listos hasta noviembre e incluyen aprovechar los arcenes y la actual mediana para sumar un carril a la circulación que evite el 'cuello de botella'.

Dirección a Burgos, el rumbo más concurrido al comienzo del verano, se están finiquitando los trabajos en un tramo de 800 metros que han supuesto adecuar la antigua zona de cabinas de pago con un nuevo trazado en planta y alzado, además de reformas en el peralte para que los conductores disfruten de tres carriles de 3,5 metros, un arcén exterior de 2,5 metros y uno interior de un metro. Así, la desaparecida zona de peajes se convertirá en una autovía convencional menos de un año después de que Fomento transfiriese a las instituciones vascas su control. Esto no significa que el Ministerio se desentienda ahora de la vía, ya que las obras que se están desarrollando en estos momentos están siendo sufragadas con dinero procedente de los presupuestos generales del Estado.