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El contenido de su mochilla tiene en vilo a organismos policiales. Pero más aún su actitud. «Se pasó todo el tiempo rezando en el calabozo. Musitando lo que parecían versículos», deslizan fuentes internas de la Ertzaintza. Se trata de un joven marroquí que ... la noche del miércoles fue detenido después de protagonizar un violento altercado en una lavandería de Coronación. Otro cliente, un militar fuera de servicio, le inmovilizó hasta la aparición de las primeras patrullas.
En su mochila guardaba dos coranes –el libro sagrado para los musulmanes– y un cuchillo, de unos veinte centímetros de filo y recién comprado porque seguía dentro de su envoltorio con la etiqueta del precio de venta al público. Según comparten medios consultados, todo empezó porque escupió al suelo dentro del local. Una mujer le recriminó el gesto de mala educación y él supuestamente respondió de forma «muy violenta».
Golpeó las lavadoras, intentó tirar varios objetos del mobiliario. Todo ello al grito de ¡Allahu akbar! (Alá es grande), frase común entre musulmanes y tristemente famosa al ser fagocitada por los terroristas yihadistas.
Establecido desde hace poco tiempo en Vitoria «al parecer procedente de Francia», este varón acabó detenido. Su tercer arresto en las dos últimas semanas. El primero, debido a que «sacó dos cuchillos» a sus compañeros de piso, ubicado cerca de la Avenida de Gasteiz. El Juzgado de Instrucción número 2 le impuso una orden de alejamiento de ambos. Tardó menos de 24 horas en saltársela.
Al recuperar la libertad, regresó a la vivienda con la intención de «recoger sus cosas», lo que desembocó en su segunda 'visita' a la comisaría de Portal de Foronda debido a que sus antiguos compañeros de alquiler pidieron auxilio al 112. Al salir del juzgado de guardia sí pudo volver a su antiguo hogar, con escolta policial, para llevarse sus enseres personales.
Este caso ha traspasado las oficinas de la Ertzaintza. Según ha sabido este periódico, otros cuerpos de ámbito nacional ya han abierto ficha al respecto en un intento de tratar de dilucidar su grado exacto de amenaza o si, simplemente, se encuentran ante una persona fuera de sus cabales.
Su ubicación actual está controlada. El propio miércoles, una ambulancia medicalizada le trasladó al hospital Santiago, donde le derivaron al área de Psiquiatría, la conocida como 'séptima planta'. Allí se decretó su ingreso preventivo para un análisis más pormenorizado de su estado mental.
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