Miguel Ángel Silvestre: «Creo en Pablo Ibar»

- ¿Qué primer recuerdo sobre el caso le viene a la cabeza?

- Recuerdo que salió en las noticias que habían condenado a un español a muerte. Cuando eres pequeño esas palabras resuenan más fuertes por la distancia que tienes con la muerte y la oscuridad que representan, por el hecho de decir '¿pueden matar a alguien y que no sea un delito?'. Tenía un vago recuerdo de aquello hasta que, de repente, me llegó la posibilidad de hacer esta serie y empecé a investigar.

- El trabajo previo de Nacho Carretero para su libro ayudaría en ese camino...

- Sí, me mandó algunas imágenes en las que se veían las diferencias entre Pablo Ibar y el asesino. Había una de la nuca que me impactó mucho porque se veía que las orejas eran muy diferentes.

- ¿Intentó en ese proceso hablar con él o con su familia?

- El momento en el que rodamos era muy sensible porque Pablo Ibar estaba en prisión preventiva a la espera de juicio y sólo podía ver al abogado. Tampoco era un momento para ir haciendo preguntas a la familia, se estaban jugando la inocencia de su hijo... Me han dicho que hoy -por ayer- va a estar Cándido, su padre, y que le ha gustado.

- ¿Cómo se imagina una conversación con Pablo Ibar?

- Me emociona mucho (silencio largo) pensar en ello. No sabría muy bien qué contarle, empezaría por decirle que creo en él, que en España hay mucha gente que cree en él. Tampoco le haría muchas preguntas, le dejaría hablar.

- Además del esfuerzo interpretativo, ¿ha sufrido un desgaste emocional extra en este rodaje?

- Lo bueno es que el rodaje ha durado sólo dos meses, luego lo dejas ahí e intentas volver a tu vida y a tu universo, pero es verdad que esta serie requería mucha disciplina con el acento, la expresión... Cuando terminé me sentó muy bien estar con mi familia, con mis sobrinos en Benicàssim y con mi madre, y así de alguna forma se fueron diluyendo todas las emociones.

- ¿Cuál ha sido la parte más difícil de rodar?

- Todas las escenas hablan de la injusticia que ha habido dentro de la cárcel y creo que no ha habido una más complicada de asumir que otra... Me preguntaban si he sentido la angustia que puede tener un preso en la celda pero es que la mía nunca estaba cerrada, tenía tres paredes y la cuarta eran la cámara, el foquista, el director de fotografía... que me daban su apoyo y cariño. Nunca llegaré a sentir ni de cerca lo que siente Pablo Ibar.

- Han alabado su trabajo de dicción, en Movistar+ han llegado a decir que no les parecía que fuera su voz con ese acento cubano de Miami.

- Hubo muchas horas de trabajo en un periodo corto y viajé a Cuba. Era algo muy importante para interpretar la expresión de Pablo Ibar porque un acento no es sólo el tono de voz sino una personalidad.

- ¿Cómo vivieron, en pleno rodaje, la condena a cadena perpetua?

- Fue un golpe muy duro, había tanto material y teníamos tanta confianza en que la justicia no podía no abrir los ojos... Estábamos rodando y tuvimos que parar, es curioso el dolor que me provocó la noticia.