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Se percibía que Alfredo de Miguel, diputado foral de Administración Local hasta su detención en marzo de 2010 por liderar una supuesta red que se encargaba de adjudicar contratos 'a dedo' a cambio de comisiones, estaba intranquilo este lunes. No paraba de moverse y ... durante el receso de una vista que apenas ha durado una hora buscaba lugares tranquilos. Algunos interpretaban que se debía a los nervios de verse -un día más- en el centro del huracán mediático y cada vez más cerca de asumir algunos de los delitos que se le imputan. De hecho, acompañado de su mujer y sus dos hermanas (una de ellas también está imputada) ha bajado las escaleras del Palacio de Justicia de Vitoria. Y no ha vuelto.
Cuando las cámaras del circuito interno han vuelto a conectar con el interior de la sala se ha visto que la silla del principal implicado estaba vacía. Su abogado, Gonzalo Susaeta, ha explicado que había sufrido una reacción alérgica a un medicamento que había tenido que tomarse y que había puesto rumbo a las urgencias del hospital de Txagorritxu. Nada de importancia, pero que les había alertado y que, por eso, habían solicitado permiso a los jueces.
En la segunda planta de los juzgados, se han percibido instantáneas inéditas hasta el momento. El mal ambiente se percibe entre algunos de los imputados y, sobre todo, con los principales implicados, De Miguel y los antiguos dirigentes del PNV alavés Aitor Tellería y Koldo Ochandiano. Y, de hecho, algunos parecía que les negaban el saludo o se giraban en el momento oportuno para no cruzar las miradas.
Las conversaciones entre los abogados y las acusaciones ya se interpretan como indicios de negociaciones, pero otros son meras amistades que se han fraguado desde que el 8 de enero se inició este 'macroproceso'. Eso sucede con Carlos Chacón (abogado de Ochandiano) y Miguel Alonso, que defiende al exviceconsejero Gurutz Larrañaga y que no está dispueto a negociar con el fiscal porque mantiene que su cliente no tuvo ningún tipo de decisión con los contratos que suscribió el Departamento de Cultura con la 'trama De Miguel'. El buen rollo reina entre ellos, pero lo cierto es que Chacón -ya jubilado, pero que sigue como abogado en este caso por el compromiso con su representado- conoce a prácticamente la totalidad de personas que acudan al Palacio de Justicia.
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