Conoce bien el crudo trago de comparecer en los juzgados como sospechoso de un ataque sexual. Acumula dos condenas firmes y ayer miércoles empezó a escribirse la que puede ser su tercera pena. Se enfrenta a 16 años de cárcel. Este vecino de Santa Cruz ... de Campezo, que en Año Nuevo cumplirá 48 años, compareció engrilletado en la Audiencia Provincial de Álava. Permanece en prisión provisional desde octubre del año pasado, cuando fue detenido por «agresión sexual» a una niña de la localidad alavesa y también por «detención ilegal» sobre ella y otro menor.
Presuntamente les engañó con la excusa de acercarles a casa. Subieron a su coche y, en realidad, avanzaron por una pista forestal hasta una zona boscosa apartada pese a las quejas de ambos menores. Pronto dejó salir al pequeño.
Su víctima principal contó ayer, en una declaración grabada hace unos meses como marca la normativa para los menores de edad, cómo este adulto hizo caso omiso a sus súplicas. «Le decía todo el rato que me llevara a casa o al pueblo porque mis padres se enfadan si llego tarde», explicó en el vídeo. «Intenté irme, me agarró y me metió dentro». Relató numerosos tocamientos, besos y piropos que sólo cesaron cuando el padre del niño al que dejó marchar le telefoneó en busca de explicaciones.
Declaraciones pregrabadas
Los dos menores coinciden en que el acusado «dijo que no se lo contarámos a nadie»
«Me pidió que no dijera nada porque le iban a llevar a la cárcel», aseguró la menor. El otro chiquillo, también en una declaración grabada, expresó una frase parecida. «Dijo; 'no comentes nada, confío en ti'. Desde entonces no confío en nadie». Ambos chavales tienen ahora doce años. Sus padres manifestaron cómo han bajado sus notas académicas, se han vuelto más reservados y acuden al psicólogo.
El padre del chiquillo, ayudado por un traductor, enumeró hasta cuatro llamadas. «Me colgó, luego me dijo que estaba en Zúñiga (a cinco kilómetros de Campezo) para contactar otra vez y decirme que estaba junto a mi casa». La madre de la principal víctima compartió su angustia durante la hora larga que la buscó porque «fue con su amigo a por pan y desapareció». Al reencontrarse la notó «muy asustada, no quería decir nada».
El menor tampoco habló al principio. Ambos se abrieron a un par de ertzainas de la comisaría de Laguardia, quienes desvelaron cómo esos testimonios precipitaron la detención del sospechoso aquella tarde otoñal.
Versión adaptable
El encausado lo negó todo ante los magistrados Jesús Poncela, Ana Zulueta y Francisco García Romo. Pero dio la sensación de cambiar su versión a cada pregunta del fiscal Josu Izaguirre. «Se me estropeó el coche y fui al monte a revisarlo», «sólo le di unas palmaditas en la espalda», «hay alguna persona adulta tras esta acusación», «en el arresto me rompieron los dientes» (aunque el parte médico al que le sometieron ese día no reflejó lesión alguna), «la geolocalización de mi móvil puede fallar porque es monte» o «un señor de Antoñana estuvo conmigo pero no le he localizado».
La Fiscalía de Álava y la acusación particular, a cargo de la letrada Esther Santiago, piden 16 años por un delito de «agresión sexual a menor de 16 años» y por dos cargos de «detención ilegal». El defensor, el vizcaíno Koldo Menika, abogó por la absolución de su cliente o por dejarlo en «una tentativa de agresión sexual». La sentencia se espera para el primer trimestre del próximo año 2025.