Delitos sexuales

30 meses al hostelero al que pedían 81 años de cárcel por abusar de 2 menores tuteladas en Vitoria

Esa segunda afectada, que fue drogada y forzada en su establecimiento, acudió a petición de la víctima principal, que a su vez cumplió con los deseos de este adulto. En este punto reside el quid de este nuevo caso por ataques sexuales a menores tuteladas en Álava. Porque el dictamen del magistrado Francisco García Romo –suscrito por sus compañeras Elena Cabero y Marta Cantalapiedra– sólo confiere validez a la segunda afectada.

En el verano de 2018, esta chica acudió al establecimiento engañada por su teórica amiga y compañera en un centro de menores foral. Le dieron «bebida adulterada», perdió la conciencia y fue vejada en el almacén. Aún sufre un «trastorno de estrés postraumático». La primera menor –entonces contaba 16 años– recibió «50 euros» del acusado por aquel 'servicio'.

En el juicio, una educadora declaró que vio un mensaje en el móvil de esa chica de 16 años. En él, este hostelero le solicitaba que le trajera a la segunda afectada para mantener un encuentro sexual. Tras producirse la agresión, la joven tuvo que ser evacuada de urgencia al hospital Santiago. Otro empleado del centro de menores testificó que sus síntomas excedían una intoxicación etílica. «Estaba inerte, como si fuese un muñeco, un peso muerto». No hubo análisis de orina «por falta de colaboración» de esta chica.

Por este apartado, la Audiencia de Álava castiga al procesado a dos años y medio de cárcel por «un delito de abuso sexual sobre víctima especialmente vulnerable». La Fiscalía de Álava y el Consejo del Menor pedían tres.

Pero el grueso de la sentencia de 34 páginas, a la que ha tenido acceso EL CORREO, se centra en la afectada principal. Esta chica, ya emancipada y residente en otra provincia, refirió en una declaración grabada en 2019 que sufrió «un clima de terror» a manos del único encausado. Este adulto era uno de los responsables del bar, ahora cerrado.

En ese vídeo, la entonces menor enumera «un cuadro de pesadilla, con empleo extremo de violencia, agresiones, insultos, amenazas de muerte y de deportación, obligación de prostituirse, violaciones en grupo y mucho miedo». Sin embargo, la terna judicial no le otorga credibilidad.

Esta chica comenzó a frecuentar el establecimiento «con catorce años». Acudió entre 2015 y 2018. De ahí que la resolución contenga un tirón de orejas para sus progenitoras y el Gobierno foral, dirigido por Ramiro González. «Actuaba sin control adecuado, ni de sus madres adoptivas primero, ni de los centros (forales) en los que estuvo ingresada más tarde».

Durante la vista oral, desarrollada hace dos meses, el hostelero negó ataque alguno. A continuación, siete testigos –otras menores tuteladas, educadores y clientes del discobar– contaron cómo la chica «se desenvolvía con soltura y comodidad (en el pub), incluso entrando en la barra y sirviendo a los clientes». Una compañera de centro añadió que solía fardar ante ellas de su 'empleo' y que «fantaseaba mucho, un día nos dijo que estaba embarazada».

En octubre de 2019, esa adolescente fue condenada a dos años de internamiento por traicionar a la otra víctima. Entonces llegó su denuncia. Segun los jueces, pudo deberse a «un deseo de venganza». Algunas fechas dadas por esta chica tampoco cuadran, por lo que Carmelo Pascual, abogado del investigado, solicitó su absolución. La Audiencia Provincial de Álava le da la razón, aunque apunta que «existió una relación, cuando menos asimétrica y malsana entre ambos».

Esta resolución puede recurrirse al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Y, citan medios judiciales, «habría que restar al tiempo en prisión los dos meses que el condenado estuvo encarcelado cuando le detuvieron».