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Mercedes-Benz Vitoria afronta el arranque del curso con un nuevo ERTE en camino. La dirección ha informado este miércoles a los sindicatos del inicio de la negociación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo -tras finalizar el anterior el pasado 31 de diciembre- ... para hacer frente a la escasez de microchips que continúa afectando a la fábrica, algo que podrá provocar nuevas paradas de la producción. Y es que las previsiones de la planta automovilística vitoriana auguran que la crisis de suministros continuará varios meses más, hasta septiembre u octubre.
Así se ha trasladado en el encuentro celebrado esta mañana entre la empresa y la parte social, según ha podido saber EL CORREO. Se considera necesario aplicar un nuevo expediente, el tercero desde que estalló la pandemia, dado que la bolsa de flexibilidad recogida en el convenio es insuficiente. Hoy se abre oficialmente el periodo de consultas para la aplicación. A partir de la próxima semana se convocará al comité de empresa y se darán los siguientes pasos para negociar este nuevo expediente.
Será el terceró que se aplicará en la fábrica desde que surgió el covid. El primero tuvo lugar entre marzo y mayo de 2020 y entonces fue de fuerza mayor debido al cierre de la planta durante un mes y medio por la crisis sanitaria. Todos los sindicatos salvo LAB llegaron a un acuerdo con la dirección para aprobar un expediente en el que se garantizaba el 80% del sueldo a los trabajadores y del que quedaban exentas la vacaciones y las pagas extras.
El segundo ERTE se aprobó en julio del pasado año, en ese caso con una duración de 30 días hasta el final del ejercicio para hacer frente a la falta de componentes. La propuesta que trasladó la dirección al comité de empresa encontró el apoyo de una mayoría sindical formada por UGT, CC OO, Ekintza y la Plataforma Independiente de Mercedes (PIM), las mismas cuatro centrales que pactaron el último convenio en la fábrica. En esa ocasión el expediente se aplicó por razones organizativas y productivas, pero también garantizó el 80% del salario de los trabajadores quedando exentas las vacaciones y las pagas extras, que se percibían al 100%.
Pese a la escasez de piezas, la planta alavesa mantiene la producción esta semana, y en principio también en la siguiente. Del 10 al 14 de enero la cadena de ensamblaje de furgonetas estará activa durante los cinco días en los tres turnos. Si bien habrá que esperar a este viernes para tener confirmación oficial de la empresa. Aunque se ha garantizado el suministro de microchips para estas dos primeras semanas del curso, ha surgido un problema con la provisión de tuberías de combustible debido al incendio ocurrido en la planta de un proveedor europeo.
Para resolver ese escollo, la factoría alavesa está logrando sacar adelante el trabajo montando una tubería alternativa que en principio se suministrará también para la semana próxima. Si no hay cambios, la producción continuará de lunes a viernes. La plantilla de la factoría, la mayor industria vasca con cerca de 5.000 trabajadores, regresó al tajo el pasado lunes día 3, tras el parón desde el 18 de diciembre.
Las líneas de montaje han estado en marcha durante estas tres primeras jornadas del 2022 a pesar de la falta de componentes que está afectando a la producción. Si no hay cambios, la planta encadenaría nueve jornadas seguidas de trabajo tras las cuatro de esta semana (se para este jueves 5 por el festivo de Reyes, pero se trabaja el viernes 7).
Con el nuevo ERTE, habrá que ver cómo afectan los problemas de suministro a las previsiones de la factoría, que había anunciado una producción récord de 158.219 unidades para el ejercicio de 2022, un 17% más alta que en el pasado año.
A la falta de suministros se ha sumado el problema de las bajas por Covid. La empresa ha informado a los sindicatos de que hay unos 300 empleados en esa situación, aunque no hay previstas contrataciones adicionales por este motivo por la imposibilidad de hacerlo de un día para otro, según alega la dirección. Se está reubicando al personal de proyectos para poder mantener al máximo el ritmo de producción, aunque ya se están perdiendo coches. Fuentes sindicales no descartan que haya que contratar personal adicional para poder mantener el ritmo de producción.
Junto con las previsiones de un aumento de producción, que podrían verse afectadas por el ERTE que está en camino, la fábrica alavesa se prepara para una profunda transformación hacia la movilidad eléctrica y aspira a conseguir nuevos programas productivos para evolucionar las actuales furgonetas Vito y Clase V, o ir más allá con otras gamas de vehículos. Esos futuros modelos podrían suponer importantes inversiones multimillonarias y trabajo asegurado para décadas.
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