Mercedes vuelve a fabricar furgonetas pero sin garantizar la actividad la próxima semana

Hasta el punto de que no se descarta una nueva parada la próxima semana en la fábrica de la multinacional alemana. «La empresa nos ha dicho que la producción está asegurada» hasta el viernes, reconocía el presidente del comité, Igor Guevara, del sindicato ELA. Después «no sabemos qué pasará», añade. Porque ni la propia compañía tiene esas garantías y habla de «falta de visibilidad a corto plazo», incluso a una semana vista.

También los proveedores lo saben y algunos de ellos, sobre todo los que tienen sus plantas en las propias instalaciones de Mercedes en Avenida de los Huetos, asumen que «puede que en el mes de julio estemos trabajando una semana sí y otra no».

Aunque puede que salgan de dudas este próximo jueves, el día fijado por la compañía para iniciar el periodo de consultas sobre un expediente de regulación temporal de empleo que considera necesario para hacer frente a la «difícil situación» actual.

El ERTE que propondrá Mercedes al comité bien podría extenderse para lo que resta de año porque, según los expertos, la crisis de los chips parece que no se resolverá antes de 2022. Y la dirección quiere contar con herramientas de flexibilidad distintas a las contempladas en convenio para que sean efectivas en este escenario de máxima incertidumbre en el futuro más próximo.

Con la parada de la producción de la semana pasada, la plantilla consumió cinco días en su bolsa de horas pero aún tiene un margen de ocho jornadas para hacer frente a cancelaciones de la producción. Sin embargo, todo apunta a que no será suficiente y de ahí que Mercedes proponga el ERTE.

En la primera jornada de la vuelta a la actividad volvieron a salir vehículos ensamblados de la cadena de montaje, una vez que habían llegado los semiconductores y otras piezas. Pero los trabajadores de la planta también se dedicaron a ir terminando algunas de las furgonetas que llevaban semanas sin acabar –faltaban las botoneras de plástico donde se encajan los elevalunas o las lentes traseras– y están aparcadas en las campas que rodean la fábrica de Vitoria o en unos terrenos alquilados en el polígono industrial de Araia. Algunos de esos clientes ya podrán recibir sus pedidos.